Personalidad en una cantina

Esta vez, una apertura rodeada de informalidad. Sin agencias, sin apenas redes sociales, sin grandes inversiones, confiando únicamente en la cocina y en el boca a boca. Se trata de Taberna Recreo en la Calle Espartinas, justo enfrente de otra mucho más asentada como es Verdejo.

Platos a precios contenidos pensados para compartir y bocados que se ofrecen por unidades. Recetas bien ejecutadas, provistas de buena técnica y en general un producto de calidad. En algunos de los pases, se echa de menos una mayor chispa que provoque el recuerdo de la degustación.

La gilda se presenta con sardina ahumada en lugar de con anchoa. Sin ese punto salino y a falta de un mayor atrevimiento en el toque de vinagre que requiere. Plana.

En cambio, la brocheta de brócoli con jugo de kimchi, lima y comino ahumado es una brillante sorpresa. Textura agradable, contrastes ácidos y amargos, matices. Conocimiento y amplitud de miras.

De confortable se puede calificar el brioche de gamba blanca, ajo tostado y guindilla. Ciertamente “goloso” en el sentido positivo del adjetivo. Sensación en boca de miga de pan y sabor cercano a unas elegantes gambas al ajillo elegantes de textura tersa desde la crudeza. Recomendable.

Si acuden a la Taberna Recreo no se olviden de la berenjena frita con jamón ibérico, migas de pimentón, jugo de cocido y berro. Admirable textura, de elevada suavidad gracias a una fritura en papillote a alta temperatura. El gusto se marca a través de unas crujientes migas (nivel) y ese jugo de cocido que absorbe la verdura. Gran plato.

El arroz meloso de pollo de corral y setas resulta más convencional, sin que esto le elimine un ápice de mérito. Sabroso, ligeramente aldente, de buena ligazón y sin apenas contener una pizca de grasa. Se nota la gran calidad en el ave utilizada, cuyo gusto perdura en el paladar. Notable

En cambio, tras dos platos de alta nota, el tartar de vaca con trufa y yema decepciona. Carne con exceso e irregular aderezo, sin que además la trufa acompañará con su sabor (pieza algo mustia). De esos tartares que descolocan porque no obtienes su sabor principal (el de la carne).

En el postre, me decanto por la torta de aceite con limón, miel y romero. Se encuentran esas diferencias entre lo dulce y el ácido que provocan una gama gustativa agradable. Sin embargo, se debería avisar que la torta no es casera, sino de la conocida repostería Inés Rosales.

Recreo es una taberna modesta, algo tímida que se caracteriza por su austeridad en todo aquello que rodea en la cocina. En ésta, competencia, saber y en general notables ejecuciones. Necesitando algunas de ellas una revisión o buscar un golpe mayor de sabor.
Apuesten por la brocheta de brócoli, la berenjena, el arroz y no dejen pasar ese brioche que siempre va acompañando de algún crustáceo.

Post completo y fotos en
http://www.complicidadgastronomica.es/2016/11/tabernarecreo/

Comida: 7
Entorno: 5
Servicio:-
RCP: 7

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