Bastantes aspectos a mejorar
Restaurante abierto hace pocos meses por parte de los propietarios de 3Focs, el exitoso restaurante de carnes a la brasa que se encuentra a pocos metros de distancia. La oferta de Vía Granados es algo más amplia que la de su restaurante hermano, con un buen surtido de tapas. Local muy bonito, con dos comedores (planta baja y superior) decorado con mucha madera y luz muy agradable. Mesas de madera en crudo con no mucha distancia entre ellas. Personal joven y amable, a ratos y con el local lleno un poco desbordados, supongo que falta rodaje. Ofrecen menú de mediodía a 12'90€ pero días antes habíamos visto en la carta de la entrada que preparan "Paella marinera a la brasa" así que íbamos con la intención de comer a la carta.
Llegamos poco antes de las 14:00, local casi vacío que luego se llenó por completo, la mayoría de comensales optaban por el menú. No fueron pocos los detalles que no me acabaron de convencer y que paso a relatar.
Para beber, pedimos un vino blanco Martín Codax a un buen precio de 14€ servido en copas Schott correctas. Tras el descorche, el camarero nos dijo "Ahora os traigo el chaleco enfriador para la botella" (Vaya por Dios, con lo poco que me gustan estos trastos...). Como se olvidó del tema, al rato le pedí si tenía cubitera y en efecto, tenían. Ya puestos la podría haber ofrecido/traido en primer término, en lugar del dichoso chaleco... la carta de vinos correcta, no muy amplia, predominio de tintos, en cuanto a blancos sólo 4 refrencias, precios contenidos.
Para comer, como entrantes, pedimos unas brochetas individuales de gamba y bacon, con mango y jengibre, no muy grandes pero muy muy ricas, lo mejor de la comida, y unos berberechos XL "a la brasa" (así rezaba en carta). Por desgracia, tenían algo de tierra y los trajeron en una cazuela de hierro que tal vez estuvo sobre unas brasas, pero los berberechos estaban hervidos con la típica agüilla blanca que sueltan. De brasa nada.
Como segundo plato optamos por la paella marinera a la brasa, que era a lo que veníamos. De nuevo, en cazuela de hierro (esta vez algo mayor, aunque no era una ración espectacular) con lo que el arroz tenía poco de "a la brasa". Me esperaba un toque más ahumado. Buen punto del grano pero algo falto de fondo, adornado con una buena cantidad de mejillones chiquitines, berberechos (esta vez, limpios), alguna gamba (congelada) y pimiento rojo. Lo que me dejó un poco mosca fue el hecho de que en el menú del día ofrecían "arroz de bacalao y sepia" (que la mayoría de comensales pedían) y al verlo en las mesas vecinas se parecía mucho (mucho!) al que estabamos comiendo nosotros, con el mismo sofrito de pimiento rojo, mejillones, mismo color y aspecto, con la diferencia de que se incluía en un menú completo de 12'90€ y a nosotros nos cobraron 18'50€ por persona (sólo por el arroz). No acabé de verlo claro por ese precio, no me pareció justificado.
No hubo servicio de pan en nuestra mesa, pese a que los que comían de menú se les servía un platillo con pan tostado y ajo y tomate para untar.
De postres pedimos "Volcan de chocolate con helado de vainilla" y "Crema catalana". El "volcán" era en realidad un coulant, de forma circular y aplanado. El propio camarero comentó con una sonrisa al servir "No sé porqué lo llaman volcán, no se parece en nada a un volcán [sic]". El helado de vainilla desaparecido en combate, acompañaba al coulant dos montoncitos de nata de bote. La crema catalana de mi acompañante, en cambio, estaba buena. Finalizamos con dos buenos cafés, invitación de la casa.
El precio para dos personas fue de 70€, pero dados los fallos tanto de servicio como en la comida, no salí satisfecho. En la puntuación del vino incluyo la nota por el servicio en general. Lo atribuyo a la juventud del local, pero sin duda son errores a enmendar si quieren crecer en una zona tan competitiva con tantos locales de restauración. Le daremos otra oportunidad en el futuro ya que está cerca de casa.