3-7-2016. Mediodía.
Primera visita, y no será la ultima, a este lugar especializado en Moules (mejillones para los no francófonos)
Espacio dividido en dos plantas, planta de calle destinada a recepción y restaurante en el piso superior, montado de forma sencilla, sin manteles y con servilletas de papel, aunque de buena calidad. Muy luminoso, desprende sensación muy agradable. Y si ademas disfrutas de buena compañía, como es el caso, pues mas agradable aun.
Carta no muy amplia, donde la oferta fundamental son los mejillones, preparados de formas muy variadas.
Breve oferta de vinos e importante e interesante oferta de cervezas: nacionales, alemanas, belgas, chinas, etc.
A modo de aperitivo comenzamos con una sabrosa Crema de mejillones con un cuenco de patatas fritas para utilizar a modo de cuchara.
- Bruschetas. Buen pan con aceite de albahaca, tomate concasse y laminas de parmesano.
- Burrata, con rucula. Con la temperatura justa, esa temperatura que te permite saborear el producto y apreciar todos sus matices.
- Mejillones tigre. Su versión, con una mas que notable bechamel, muy suave que unido a la buena calidad del bicho, dan como resultado, un plato a repetir.
- Moules (mejillones para los no francófonos), a los estilos: italiano, francés y peruanos. Vienen acompañadas por unas fuentes de patatas fritas, que puedes pedir a discreción, y claro, como están tan bien fritas, pues sucede lo que sucede que hay que repetir.
Tres estilos diferentes, los tres muy buenos, tres variaciones con un mismo producto base, un buen mejillón, al que cada uno le aporta su toque: desde la suavidad del estilo francés, al regusto del tomate y la albahaca, del italiano, hasta el poderío de un buen ceviche caliente peruano. Todos ellos recomendables. Y sí, una vez ya limpios, vuelcas en la perola las patatas y empiezas a comerlos con cuchara, la consecuencia es muy clara, no dejas ni una gota y miras el fondo de la perola, con pena al ver que ya esta vacía.
- Graufe con chocolate y fresa. Hasta ahora solo había tomado los gofres mas bien pesados, pues aquí se ofrece un gaufre mas bien etéreo, que no deja sensación de saciedad en el estomago.
- Suspiro Chai. Estaba bueno pero, a estas alturas, se ha hecho un poco pesado, la combinación de un dulce de leche con una crema de limón y un merengue, no es mala combinación, pero quizás sea mas idónea para tomarla como postre único.
Unas ricas cervezas han acompañado la ingesta, soy de los que propugnan maridar los mejillones, a la belga, con cerveza.
Cafés con hielo, para no variar, y dispuestos a volver, la sensación ha sido mas que buena.