El pasado domingo estuve con mi chica en este precioso pueblo conquense, de visita obligada para todo aquel que no lo conozca pues se trata sin duda de uno de los pueblos más bonitos de la provincia y por extensión de toda Castilla La Mancha, y buscando un sitio para comer al final nos decantamos por este restaurante que yo aún no conocía (pues ésta era ya mi cuarta visita a este pueblo). El restaurante se encuentra ubicado frente a una de las 3 iglesias con las que cuenta el pueblo y en una plazoleta en la que comer o cenar en su terraza en verano se convierte en una experiencia muy agradable. En cuanto a la decoración interior poco puedo opinar pues aprovechando la agradable temperatura que hacia ese día decidimos con acierto comer en la terraza exterior. Pedimos a la carta ya que no trabajan menú y esto fue lo que probamos:
- De entrantes: morteruelo (plato típico manchego que nos encanta y que he de decir que era uno de los mejores que he probado nunca, tanto de sabor como de textura resultando una deliciosa crema para no parar de untar en el pan) y 2 tostas de anchoa con tomate rayado que, aunque juraría que eran de lata y no caseras (lo sospecho por su reducido tamaño), tenían una calidad bastante alta con su justo punto de sal.
- En cuanto al plato principal como queríamos probar la especialidad de la casa que son los asados, especialmente el cochinillo y el cordero, pedimos un plato que se llamaba "dúo de asados" y que llevaba ambas cosas, una generosa porción de cada una, con lo que nos sirvió para compartirlo y probar así ambas cosas en un solo plato.
- Respecto a los postres, todos caseros, nos dejamos aconsejar por la simpática camarera que nos atendió y probamos unos "bombones de higo", muy ricos aunque a mi personalmente no me terminaron de convencer, quizás porque no soy un gran apasionado de los higos, y un "hojaldre de helado de vainilla con chocolate caliente", sin duda el mejor postre de los 2.
- En cuanto a la bebida pedimos una botellita de agua pequeña y un vino tinto de la zona "Viña Hermez" que, sin ser ninguna maravilla, acompañó bien durante toda la comida.
En resumen, se trata de una buena opción para comer en Alarcón. No tienen menú y al tener que pedir a la carta es quizás algo más caro que otros restaurantes del pueblo (creo que hay 6 en total) pero, eso sí, la calidad de los platos está garantizada. La carta no es muy amplia pero lo suficiente para poder contentar a todo aquel que se acerque a sus mesas. Así cuentas con 5-6 entrantes (donde predominan, como no podían ser menos, los platos típicos de la zona), así como 3-4 pescados y 5-6 platos de carne, donde destacan sobre manera los asados. Los postres son todos caseros, cosa que se agradece. Y en cuanto a la carta de vinos es claramente mejorable en cuanto a cantidad donde predominan los vinos de la zona pero, eso sí, a unos precios bastante ajustados. La atención del personal fue bastante buena, aunque en algunos momentos de la comida se vieron superados por la afluencia de gente con lo que se ralentizó un poco la salida de los platos desde la cocina.