Brioude es una población situada en la región francesa de Auvergne (Auvernia), con una basílica románica que por si sola ya merece una visita. Llegamos en sábado 29 de julio después de un buen viaje en coche y con mucha hambre y decidimos fiarnos de la recomendación de la Guía Verde de Michelin donde se mencionaba este restaurante.

Dispone de una buena terraza (donde volvimos a cenar unos días después) y una sala interior bien decorada y con buen mobiliario que fue donde comimos el primer día. Buena vajilla y copas para el vino decentes. La separación entre mesas, para ser el país vecino, más que adecuada.

Los 2 adultos optamos por un menú que tienen a 28€, bebida aparte y las nenas por el menú infantil a 5€ (con una RCP extraordinaria porque dicho menú, como comentaré después, tiene tela).

Yo tomé:

- Duo de tartar de salmón con lentejas verdes de Puy-en-Velay: muy bueno, buena materia prima y excelente combinación. Las lentejas son una constante en la cocina de la zona, como pudimos comprobar.
- Carpaccio de buey: acompañado con aceitunas verdes, albahaca, lascas de parmesano y AOVE. Muy bueno.
- "Verrine" de castañas de Ardèche: postre a base de crema de castañas. Bien, aunque un pelín demasiado dulce para mi gusto.

Rosa se pidió de primero una ensalada (enorme) con queso de cabra y de segundo un "faux filet" de ternera muy sabroso según comentó. Bien los 2 platos.

Respecto al "menu enfant", lo comento sobretodo porque nunca me había encontrado semejante menú para niños. De primero había para elegir ensalada (enorme) o embutido de la zona con acompañamiento de ensalada. Y de segundo las 2 optaron por el pincho de salmón (2 buenas piezas de salmón sin piel ni espinas cocinadas al punto justo), que venía acompañado de una buena ración de patatas y ensalada. Y de postre si mal no recuerdo había para elegir entre helado o crepes dulces. Por 5€, no sé si les debe salir a cuenta, la verdad.

Para beber unas jarras de agua (que como muchos sabéis, es gentileza de la casa, o sea que no la cobran) que veníamos sedientos y aún había que conducir algo después de comer. Buen pan.

Salimos encantados, de manera que volvimos a cenar el viernes siguiente. Yo me pedí un buen rissotto de vieiras y una copa de Chablis de la Chablisienne ara acompañar. La peque volvió a tomar el menú infantil i la no tan peque (tenía muy claro lo que quería) se pidió el carpaccio y el duo de tartar de salmón y lentejas, que nos cobraron a precio de raciones pequeñas aunque realmente no lo eran tanto. Rosa tomó también el tartar de salmón, repitió el "faux filet" y tomó unos quesos de postre.
En definitiva, un restaurante recomendable si se está por la zona, que también es muy recomendable, nos ha encantado Auvernia.

El precio que pongo es el del menú de adultos (o no) sin bebidas.