Comida ayer lunes en este restaurante búlgaro.
La decoración como se puede observar en las fotos es rústica,ambientada como si fuera un pueblo a algo así.
Personal atento.No puedo hablar de rapidez que si lo era ya que solo había cuando llegamos 4 mesas ocupadas y así no se evalúa.
Incluso yo diría que demasiada rapidez ya que nos juntamos con todos los platos en la mesa.
Para empezar pedimos dos entrantes acompañados de un rico pan de ajo y queso terminado en la brasa llamado Parlenka.
-Kyopoolu.Una rica mezcla de especias,salsa de tomate,berenjena y pimiento a la brasa.Untuosa y muy buena de sabor.
-Bocados empanados de queso búlgaro.Inmensa ración que no pudimos terminarla servida con salsa de yogur y eneldo.Buen frito,consistente pero con el centro del queso líquido.
En capítulo de carnes que es lo que más abunda,estas sobre todo en forma de brochetas y pinchos de gran tamaño están hechas a la brasa.
-Kebapcheta.Dos grandes salchichas hechas a la brasa con un relleno picado.Correcto.
-Pinchos de muslo de pollo.Bien de sabor.Estaban jugosos.
De postre.
-Tarta de galleta con chocolate blanco casera.Bastante buena.
En el capítulo bebidas nos decantamos por unas cervezas búlgaras Shumensko refrescantes.
Tenían algún vino de allí aunque no vi la carta.
Si bien los platos en líneas generales no son muy diferentes que lo que se encuentra en el Mediterráneo,ni tampoco es un sitio que va a sorprender en sus platos,estos estaban bien ejecutados.
Eso sí,mesura al pedir ya que las raciones son bien abundantes.
El precio es comedido.