Si ya era un bello lugar, con vistas increíbles y una cocina mas que correcta, la nueva dirección del local y el nuevo equipo de cocina han conseguido que suba unos cuantos peldaños mas en la escalera de magistral. El nuevo Chef intenta, siguiendo una linea semejante a la anterior, bordar los platos con nueva creatividad y llenos de sabor. La carta de vinos se ha ampliado sustancialmente en la oferta y calidad, se incorpora también una carta de aguas internacionales para los paladares mas exigentes. Ademas se aprovecha la terraza para copas y degustación de pinchos de vanguardia para una cena informal.
Este es uno de esos lugares,en que solo por el decorado vale la pèna visitar.
Las vistas y la pomposidad con que se viste el restaurante son de mencion,si a eso le acompaña un correcto servicio del vino y una mas o menos conseguda comida,el resultado no te defrauda.
La ubicación en el Albaycin granadino es excepcional, junto al mirador de San Nicolás, para mí el de mejor vista de la Alhambra y toda la comarca que rodea Granada. El local es una casa antigua con dos alturas, y el restaurante se situa en la segunda cuyas vistas son las mismas que las del mirador;mientras comía tenía enfrente los palacios nazaríes. La comida es bastante buena, con unos arroces bien cocinados, unas ensaladas muy conseguidas (estupenda la de perdiz escabechada)y buenos postres. El servicio profesional y buena carta de vinos. Descubrí un Cigales, Museum Real, que me sorpendrió por su equilibrio.
Gracias de nuevo a Verema pudimos conocer este restaurante de Granada.
En pleno Albaicin, con la Alhambra como decorado y Sierra Nevada de fondo, disfrutamos com unos platos bien elaborados y un servicio de vino excelente.
La única objeción es una decoración excesivamente lujosa, para mi gusto.
Lo recomiendo.
Un Gran Colegiata Rva 98, en excelente estado hizo que el recuerdo de Granada perdure por tiempo en mi mente
Lo mejor, el entorno, en pleno Albaicín al lado de la plaza de San Nicolás donde dicen que están las mejores vistas de la Alahambra. La ambientación del local bastante recargada aunque el comedor no lo está tanto, tienen vistas espectaculares pero las ventanas están todas con visillos blancos (la vista merece que no pongan nada delante). Montaje de mesas clásico con buena vajilla y cubertería. La carta es una mezcla de estilos, arroces, platos típicos andaluces y platos internacionales aunque lo que nosotros cenamos era de buena calidad y estaba bien elaborado. El servicio atento y cuando empezó a llegar gente se desbordaron ligeramente. En el apartado del vino la carta no está mal con algunas referencias a precios no demasiado subidos, cristalería aceptable -nos la cambiaron al pedir el vino, no sé si pides otro vino más barato si te las cambiarán también, las de la mesa no eran adecuadas- nosotros cenamos con Malleollus 00 a 32€ que estaba a buena temperatura y el servicio fue aceptable. Cena x persona con vino 55€.
Cocina de calidad correcta (con altibajos) y ecléctica en su orientación: andaluza, arroces, bacalaos. Barroca decoración burguesa (en mi muy personal opinión, recargada y de dudoso gusto).
Camarero atento y profesional, incluso en lo relativo al servicio del vino. Salvo esto y que los precios de las botellas son en muchos casos razonables (p. ej.: Señorío de Nevada 14 E, Barbadillo 9 E), el trato dispensado al vino deja bastante que desear: carta limitada, pedimos una botella de Albariño (el único disponible: Lagar de Cervera 2000, 15 E) y la trajeron a temperatura ambiente, las copas eran de agua. Puede visitarse la bodega, grande, destartalada, mal seleccionada e inadecuadamente ubicada en un local anexo donde previsiblemente la variación térmica e higrométrica es extrema.
Precio medio por persona (entrante, segundo y postre, sin vino): 28 E. Lo mejor, el entorno junto a la Plaza de San Nicolás y las vistas de la Alhambra.
Web: http://www.sannicolasrestaurante.com