Orgulloso de ser el primero en escribir de este buen restaurante.
Solo entrar ya te das cuenta que no estás en un sitio cualquiera; 600 m cuadrados, a todo detalle; el comedor con mobiliario y color blanco ,de estilo moderno; vistas de vértigo a nuestro querido San Mamés . Dispone de un bar inglés donde tomarte algo antes de sentarte.
Celebramos el aniversario de mis padres tomando el menú tradicional.
Un aperitivo dio paso a el foie con higos, de los mejores que he tomado; un generoso medallón, caramelizado y de gran calidad.
Los txipis plancha, intensos de sabor y tersos.
Yo tomé los callos y morros y los demás cambiaron al ravioli de lumagorri; ambos buenísimos.
De pescado , yo tomé un bacalao de grandes láminas al punto, con vizcaína y Pil pil. Los demás una merluza rellena de txangurro con salsa de galeras; estaba cañón...
El lomo de vaca, muy correcto, terminó la parte salada.
De postre, torrija con helado de manzana asada, golosa golosa, con su punto de toffe.
Café con pequeño petit four.
El servicio, de auténtico lujo, nos sentimos mimados!
El tema del vino, de otra galaxia, Antonio lleva una gran trayectoria ( Guggenheim, Aizian ,Martin Berasategui) y se nota muy mucho. Nos ofreció un magnum de itsasmendi 7 que tenía 4 años ( estaba vivito y coleando...impresionante nariz,) , un deschant saint joseph shiraz, increíble y un monastrell casa castillo pie franco que era una pasada.
Probaré el menú gastro seguro si o si .
Destinado a ser uno de las grandes mesas de Bilbao.
El precio que pongo es sin vino.