Barecito, de la pata negra a los altos vuelos

Coqueto, divertido, acogedor y un punto bohemio, que a mi me encanta, tiene este Barecito que nos escontramos cerca del Paseo de la Alameda. Tiene una carta con una propuesta original y atrevida, con muchos platos inspirados-asesorados por Miquel Ruiz (El Baret, Denia). Solo con la descripción de sus platos ya me apetecía probarlos todos.

Y comenzamos la experiencia sensorial:

-¿Donde está? escondida!. La "Ensaladilla escondida..." con golpe de mazo ya que solo utilizando este utensilio la encontrarás debajo de la coca crujiente.

-"Pobres patatas", que de pobres no tenían nada porque iban muy bien acompañadas de jamoncito y cebolla.

- Un hummus que de tan arriba que subió se quedó con el nombre de "Hummus de Altos vuelos", muy interesante la combinación con las alitas crujientes y el pimiento verde, me gustó mucho esta subida a las nubes.

- El "Dominó de boquerones" también hizo su aparición, muy ricos, horneados y acompañados de verduritas y alga wakame.

- Por supuesto, que con ese nombre tan sugerente no nos podíamos perder el "Pulpo pata negra". Trinchadito con albahaca, chorizo ibérico y un puntito de algas marinas.

- Hamburguesitas de bonito con leche de coco, mostaza y galleta de maiz

- Carpaccio de carne con un guiño al parmesano.

Y para terminar y dejarme "sin sentío" la mejor tarta de queso que me he tomado en Valencia y de las dos mejores de mi vida. Si que es cierto que no soy amiga de la tarta de queso, porque me parecen todas sucedaneos y pocas me saben a queso y muchas a producto lacteo extra azucarado, pero esta, que llegó sin avisar, porque yo no la pedí, como todas las sorpresas agradables, me cautivo desde el minuto uno. Y desde entonces me declaro fan incondicional de la tradicional tarta de queso con crumble de galleta y miel.

Todo esto lo acompañamos de dos vinos, El Gran Señor y un Muscat cuyo nombre no puedo recordar.

Para terminar dar las gracias a Patricia por su amabilidad y simpatía. Nos volveremos a ver seguro!