Con vistas al muro de la autopista

El restaurante dispone de dos plantas, hace años la planta baja era una braseria y la planta primera estaba dedicada a restaurante gastronómico. Hacía muchos años que no habia vuelto, la dirección continua estando a cargo de los mismos propietarios,  su oferta se basa en carta sin nada a destacar y dos tipos de menú, uno de ellos con arroz caldoso de bogavante, la sala del piso superior ignoro si continua abierta.

Optamos por el menú consistente en un pica pica de boquerones con escalibada, brandada de bacalao y calamares a la romana. Seguimos con secreto ibérico y entraña a la brasa, servidos cada uno de ellos con el punto de cocción solicitado, del obsoleto y anacrónico carro de postres elegimos mil hojas de crema cuya elaboración no era precisamente del mismo dia.

Servicio atento

Pan tipo xapata congelado y precocido, agua, vino de la D.O. Somontano incluido en el precio.

Dos cafés, y chupitos de orujo, éstos invitación de la casa.

Evidentemente hay más y mejores restaurantes en Castelldefels. 

Facilidad de aparcamiento, lo que es de agradecer.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Joan Thomas

    Bueno al menos fue fàcil aparcar 😊 por lo que explicas bueno para sustentarse si te encuentras delante a la hora de comer.
    Saludos

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