Este restaurante informal, de ambiente desenfadado, situado en el centro de Varsovia (que no en la ciudad vieja) le da una vuelta de tuerca a la cocina tradicional polaca. Utiliza ingredientes locales, con diversos acuerdos con productores, especialmente vegetales y cambiando según la temporada.

Ambiente distentido, mesas algo juntas y atención más que correcta. Incluso nada más sentarte te ponen una botella de agua del grifo sin cargo (algo caliente, eso sí) y te reponen cuando se acaba.

Como decía cocina más o menos tradicional con guiños modernos y utilizando ingredientes generalmente locales y parece que de calidad.

En nuestro caso comimos una rica ensalada de lechugas y verduras varias (col, rábano, patata, repollo) y caballa ahumada donde el aliño era una rica salsa de remolacha asada.

Después para compartir como platos principales un curioso risotto con espárragos verdes elaborado con granos de cebada en lugar de arroz y una suculenta chuleta de cerdo asada con guarnición de repollo y otras verduras flambeadas (con una guarnición aparte de patatitas nuevas con un allioli muy rico).

Para beber tienen varias cervezas artesanas polacas ricas y tienen una pequeña selección de vinos más o menos interesante (pude ver algún tinto del Celler Masroig de Montsant). Servido en copas buenas.

Precios bastante competitivos.

El lugar además está situado en una parte de la ciudad con bastante animación.