Una combinación ganadora

Sábado mayo - 2016

Cena en NO NA ME, el último restaurante especializado en “streetfood” asiática en llegar a la ciudad. Situado en Alberto Aguilera, casi enfrente de Porto Pi, la gasolinera más bonita de todo Madrid. Local de esquina de tamaño medio, decorado en plan taberna canalla de Macao, cerámica china, farolillos de papel y demás. A la entrada un espacio abierto con varias mesas para los fumadores y entrando una bonita barra de cócteles, cocina acristalada, y al fondo el comedor propiamente dicho, con originales “grafittis” de motivos orientales. Cabina de Dj en medio de la sala y música electrónica, a un volumen no excesivo. La cocina está dirigida por Sergio Pérez, profesional con una dilatada experiencia nacional e internacional, y alma mater del laboratorio y escuela de cocina “Chefslab”.

Llegamos bastante tarde y sin reserva, y nos dieron mesa de casualidad, porque estaban hasta arriba. Ambientazo. De aperitivo, el mejor “edamame” que hayamos probado nunca. Asesorados por la simpática camarera pedimos:

- “Rock shrimp tempura”, langostinos fritos en tempura, con mayonesa de kimchi, ligeramente picante. Una combinación ganadora que ya hemos visto en varios restaurantes orientales, pero que no deja de estar muy buena.
- Niguiris de salmón y de Hamachi. Los de salmón vinieron con un toque de soplete y un poquito de picante y los de pez limón con un pelín de crujiente de cebolla. Arroz suelto y bien de punto. Correctos.
- Roll de marisco tempurizado con queso y wakame. Abundante ración acompañada de una salsa estilo teriyaki, para chuparse los dedos.

No veníamos con mucha hambre y paramos aquí aunque vimos pasar unas hamburguesas que tenía pintaza, y que dejamos para una próxima visita.

Terminamos con el postre estrella de la casa: “Banoffe”, un tarrito con base de galletas, dulce de leche, nata fresca y cacao, que se come de abajo a arriba, que nos encantó.
Carta de vinos inexistente. Tienen un blanco y un tinto de rioja, un par de champagnes y se acabó. Nos decantamos por el blanco, un viura fermentado en barrica, “Puente del Ea”, que acompañó muy bien la comida.

Pagamos 71 euros por todo, precio muy correcto para lo consumido. Pues nos ha gustado mucho este No Na Me. Nos ha parecido muy divertido, un 50% Streetxo, por el ambiente, la música y los cócteles, y otro 50% Nakeima, por la cocina, sin duda una combinación ganadora. Y es que nos fuimos casi a las 12 y seguían llenos y doblando mesas. Venid.