Restaurante Louis 1856 en Barcelona
Restaurante Louis 1856
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
64,75 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Lunes y martes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
64 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.5
Comida COMIDA
8.5
Precio medio entorno ENTORNO
8.5
RCP CALIDAD-PRECIO
8.5
Baba al ron flambeado con ron
Preparacion del rape
Chateaubriand de rape
Tres salsas
Papada caramelizada
Gran bandeja de verduras
Opiniones de Louis 1856
OPINIONES
1

Antes de entrar de lleno en el comentario del restaurante, me permito hacer un pequeño preámbulo de introducción.
El restaurante gastronómico Louis 1856(su nombre es un homenaje al fundador de la cerveza Moritz, el alsaciano Louis Moritz) está ubicado en el sótano de la antigua Fabrica Moritz, que abrió sus puertas al público en el 2011 tras una total remodelación por el prestigioso arquitecto Jean Nouvel. En ella conviven una zona de producción llamada la Microcerveceria (fabricación de cervezas Moritz y Epidor frescas sin pasteurizar, y otros productos afines a la cerveza que no detallaré aquí, la panadería "Triticum, suministradora de los grandes chefs estrellados, un Concept Store y una zona gastronómica bajo la batuta del Chef con una estrella michelin Jordi Vila, que consta de una Cervecería, de un nuevo "Bar a Vins" con casi 500 referencias, del restaurante que voy a comentar a continuación y del restaurante estrellado Alkimia, que está previsto que resucite aquí y que abra nuevamente sus puertas a finales del próximo mes de mayo.

El restaurante Louis 1856, abierto a finales del 2015, como he dicho anteriormente está bajo la batuta del Chef Jordi Vila, que es el Director Gastronómico, German Franco es el chef ejecutivo y responsable de los fogones, Arnau Barba es el Director de Sala y Alberto González es el sumiller.

Habíamos reservado mesa a las 20h30 del viernes. Al entrar, lo haces por lo que antes era el antiguo "bar a vins", una recepcionista te da la bienvenida y se ocupa de tu reserva, te guarda los abrigos y contacta con el sótano para que te estén esperando cuando llegues.

Al entrar en la sala te sientes como en un bosque pétreo de columnas y arcadas de ladrillos y piedra culminando en unos bellos techos abovedados de los mismos materiales. Diferentes iluminaciones y decoraciones, como la pared de colores diseñada por Chu Oroz, le dan un toque chic de modernidad. El restaurante, aunque situado en el sótano, posee una buena luminosidad natural gracias a unas pirámides de espejo situadas a nivel del suelo que reflejan la luz solar o de la luna en función del momento del día.

Las mesas están muy bien separadas la unas de las otras, contrasta su desnudez con la calidad de la vajilla, Mathilde Carron, de su cubertería Georg Jensen y de su cristalería Riedel. Están dotadas de un larguero para poner botellas, salsas, pan...

El servicio de sala es muy bueno, atento, amable... derrocha profesionalidad. El camarero vuelve a ser una pieza clave en el servicio, como lo era antaño en los grandes restaurantes. Este termina de preparar los platos que lo necesitan y los emplata delante tuyo en un carro de servicio preparado para este menester. Una gran puesta en escena, pero en ningún caso exagerada.

El servicio del vino también es muy bueno y profesional, tienen una buena carta de vinos, 63 referencias de vinos españoles, franceses e italianos, mas las que se pueden solicitar en el bar a vins. Me sorprendió que tuvieran 8 magnums blancos y nueve magnums tintos. Servicio de descorche, explicación sobre el vino, cata y servicio milimetrado durante toda la cena.

No hay menú, la carta está compuesta de Entrantes, ligeros, menos ligeros y con fuerza, de Grandes piezas para compartir (mínimo 2 personas) y Platos principales, de Postres calientes, de grandes postres 1856, y de postres "à la minute". Sus recetas están basadas en la cocina tradicional franco-alsaciana y catalana con algún guiño a la cocina contemporánea.

Empezamos con unos aperitivos, invitación de la casa :

Gougère como un profiterol relleno de crema de queso gruyere caliente, especialidad francesa de las regiones de Bourgogne y Franche Comté. Gran sapidez, la boca queda inundada de sabor. Muy bueno

Teja de nueces de macadamia con polvo de tomate y emulsión de escabeche un poco picante Buena.

Anchoa vegetal En realidad es un trampantojo pues se trata de un pimiento muy escalibado, que toma la apariencia de una anchoa. Bueno.

Para empezar compartimos un entrante ligero :

Gran Bandeja de verduras muchas y frescas, muy bien cocinadas, acompañadas aparte por Papada caramelizada riquísima, y tres salsas muy pero que muy buenas, una a base de mantequilla, otra a base de carne y legumbres y la otra era una mayonesa de coliflor.

Como plato principal, pedimos una gran pieza para compartir :

Chateaubriand de rape con muselina de yuzu, patatas "von bent", presentadas en ristra, apionabo y cebolla al Orio, de la que podréis apreciar la preparación del plato por el camarero en la foto pueden verse las kokotxas braséandose, la cabeza de la bestia, y al fondo, detrás, el corte antes del emplatado. Una delicia, todo buenísimo, punto perfecto de cocción. Un solo bemol, MC encontró un par de laminas de patata que estaban un poco crudas, pero eso no eclipsó la calidad del plato.

Acompañamos la cena con un delicioso pan rústico de "Triticum", la panadería de Cabrera de Mar que en Barcelona, como he dicho mas arriba, tiene un punto de venta en el recinto de la Fabrica Moritz. Solo decir para que os deis cuenta de la calidad de este "manjar", que Triticum provee a muchos grandes chefs de primera categoría, podríamos citar los panes del Celler de Can Roca, el pan de algas de Aponiente, etc. ...
Pues eso buenísimo, perfecto para mojar en todas esas deliciosas salsas que nos sirvieron.

Para facilitar la digestión, antes del postre nos ofrecieron un Sorbete de frambuesas que estaba riquísimo.

De postre compartimos un postre caliente :

Baba al ron flambeado con ron y acompañado de piña caramelizada La masa del baba provenía de "Triticum". Nos prepararon el plato delante nuestro. Un excelente postre, hacia muchos años que no comíamos un baba tan bueno.

Para beber, le pedí consejo al sumiller sobre un vino blanco con crianza que acompañase bien toda la cena y que no fuese excesivamente caro y me recomendó un 4 Monos 2014 DO Vinos de Madrid Bodega 4 Monos viticultores, cepaje Albillo, envejecido 10 meses en barrica. Nos gustó, acompaño perfectamente la velada.

Finalizamos con 2 buenos cafés y unas excelentes magdalenas a la naranja, recién echas

La cuenta ascendió a 64,75 €/persona. Muy buena RCP. Un viaje en el tiempo en un marco ecléctico y contemporáneo. Un restaurante que invita a la sobremesa tras una buena y muy copiosa cena. Tengo ganas de volver para probar entre otros, platos como la choucroute de careta con ostras al champagne, cabrito asado, chateaubriand de vaca vieja con foie a a la sal, gran pilota d'escudella picada a mano en torchon de col, Patés en croûte, Pie de cerdo

  • Baba al ron flambeado con ron

    Baba al ron flambeado con ron

  • Preparacion del rape

    Preparacion del rape

  • Chateaubriand de rape

    Chateaubriand de rape

  • Tres salsas

    Tres salsas

  • Papada caramelizada

    Papada caramelizada

  • Gran bandeja de verduras

    Gran bandeja de verduras

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