Restaurante situado en el distrito del Castillo de Buda y que solo ofrece cenas. Ocupa los salones de un antiguo palacio barroco. Recomiendo dar un paseo nocturno por la zona y disfrutar de las estupendas vistas sobre el Danubio y la magnífica iluminación del Parlamento desde el Bastión de los Pescadores. A esas horas, impera el silencio y la intimidad. Después merece la pena darse un buen homenaje en este clásico de Budapest.

Nos reservaron mesa en un saloncito con apenas ocho mesas, muy acogedor y cómodo. Mesas muy bien vestidas, con porcelana y cristalería de nivel. Techos abovedados y decoración con algún detalle medieval de buen gusto. Servicio uniformado muy profesional; eso sí, atentísimos, tanto el sumiller como el maitre.

Carta clásica de influencias francesas pero utilizando productos locales de gran calidad. No es muy amplia pero resultó complicado decidir la comanda.

Cestita con un pan bastante bueno. Tuvieron un detalle que no podemos recordar.

Cena para 3 personas.

Entrantes:
- Ensalada de lengua de ternera: Unos rollitos de fiambre de lengua con ensalada de lentejas, remolacha y vinagreta de mostaza. Muy bien presentada y refrescante pero no sé, no nos llegó a entusiasmar.
- Terrina de hígado de ganso: Magnífico mi-cuit casero. En Hungría suelen presumir de sus elaboraciones del hígado de pato y ganso. Aquí desde luego lo preparan de maravilla.
- 3 x Sopa Goulash: Qué bien nos sentó después del paseo nocturno esta sopa tan sustanciosa. Caldo con mucho fondo a base de tomate y pimentón con numerosos taquitos de carrillada de jabalí y apio “al dente”.

Segundos:
- 2 x Solomillo de venado asado: Tanto a mi chaval como a mí se nos iluminó la vista al presentar los platos. Qué carne tan tierna y sabrosa ¡!!. Marcadita por fuera y terminada en el horno, dejando el punto de la carne con todo su jugo. Se me hace agua la boca de recordarlo. Lo que no llegamos a saber, aunque lo pregunté, es de qué era el puré que lo acompañaba. Un puré con un fondo probablemente de guisantes.
- Lomo de ternera al horno: Taco de vacuno muy bien asada, tierna y jugosa. Se alegró aún más con una salsa ligadita de vino tinto muy lograda.

Postres:
- 2 x Strudel de manzana: Versión deconstruida de este clásico postre centroeuropeo. No sé, aunque muy vistosa la presentación, no nos convenció esta versión tan deslavazada del postre.
- Un pastel de chocolate que sí que llegó a gustar en esta ocasión.

En la sobremesa, algún petit four.

En cuanto al servicio del vino, gran carta de vinos con una interesante oferta de vinos húngaros e internacionales. Me interesé por los locales y el sumiller me ofreció un vino de la región del Lago Balatón: Liszkay Giulia 2012, un magnífico cabernet-franc que se abrió en apenas media hora después de decantarlo. Buenas copas y perfecta temperatura de servicio.

Cuenta final: 190€ (incluido impuestos, servicio 12%, una botella de agua de 1 litro, un refresco, dos cervezas Krusovice de ½ litro y el vino a unos 28€).

Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría un entrante, un segundo y postre, sin bebidas.