Conocía este local desde hacía más de 25 años al estar en mi pueblo natal, pero unicamente como bar, lo cual es bastante extraño dada mi afición a visitar sitios diferente, pero todo tiene su explicación... En primer lugar, comentar que no hace mucho tiempo que se dedican a la restauración, algunos años como mucho. Por otra parte, tampoco estoy tan a menudo allí y, sobretodo, no es habitual coincidir con amigos para un papeo de este tipo, pero aprovechando el sábado de Semana Santa, nos conseguimos reunir 5 colegas de la zona, y tras la protocolaria y necesaria reserva allí nos tienes puntuales como un reloj suizo (algunos más que otros...).

El local, como he comentado en en título, se ha renovado hace muy poco, de hecho estuvo cerrado varios meses por este motivo. Bien la decoración (color y algunos cuadros de Portbou), las sillas y mesas y la barra. Nos colocaron en una muy buena mesa al lado de la ventana con vistas al mar.

El camarero/jefe de sala reconoció que no era posible tomar arroces, fallo muy perdonable al ser uno de sus primeros días. Yo me decidí por unas croquetas (5 por 4 eur, precio muy asequible) que no sé si eran de cocido o rustido, pero que estaban muy bien conseguidas. Bien los platos de mis amigos, aunque quizá las bravas fueron lo más flojillo.

Para beber, tomamos un vino de la DO Empordà (de la zona, claro), botella de 50 cL a 12 eur, un precio que puede parecer alto pero me pareció muy correcto porque fue un tinto con buen cuerpo (Crianza creo, aunque desafortunadamente no recuerdo la bodega, lo cual es positivo porque indica que cada vez hay más...). Las copas, tipo Borgoña aunque algo más pequeñas, bastante acertadas (único pero, cristal algo grueso, pero dado lo bruta que es la gente allí no tendría sentido poner Riedel...). Temperatura muy adecuada, disponen de nevera y una carta con unas cuantas referencias a precios muy razonables, la mayoría locales.

De segundo, magret de pato (16 eur) acompañado de verduras tipo menestra cocinadas (parecía) al vapor. Muy bueno el magret (el punto de cocción muy acertado) y ración más que abundante que sirvió para que mis amigos lo probaran. Algo insípidas las verduras, se agradece por una parte una guarnición sana, pero se echó en falta más sabor.

La mayoría de los postres eran preparados. Tomé una especie de tarta/mousse de café (4 eur) que sin ser algo extraordinario puso fin a una comida bastante completa.

Carajillo y chupito cortesía de la casa. En resumen, una buena opción, de las mejores de la población con una situación privilegiada a unos 30 metros del mar. Su terraza, más cerca aun de la orilla, es muy recomendable para el verano.