Perfecto comienzo para mis vacaciones de semana santa, en la que he realizado un crucero por el Sena; como el embarque lo hacia a la tarde, aproveche para pegarme un homenaje . El atelier etoile esta situado a dos pasos del arco del triunfo, en una de las zonas mas exclusivas de Paris; el restaurante esta en los bajos del publicitis drugstore, atípico entrar en una tienda para acceder a un restaurante de esta categoría. Local con cocina vista en la que los comensales están alrededor de esta, dispuesta en L. Hay otros dos comedores aparte que no vi. La reserva la tenia para las 3( rarísimo que las acepten a esta hora en Paris), pero llegue algo antes y tras una pequeña espera, accedimos a nuestra "mesa".
Ofrecían un menú vegano, uno decouverte, y 3 menú dejeuner, estos a un precio muy competitivo; elegimos el segundo de los Dejeuner ( aperitivo, 2 entrantes. a elegir, un principal a elegir, postre o queso y café con mignardises).Algunos platos tenían un impuesto gastronómico de 12 euros.
Los vinos, estos si a precios estratosféricos, cosa que ya sabia, comenzaban en los 50 euros y terminaban en los 2000. opte por un Burdeos selección Joel Robuchon, por el desconocimiento de la viña francesa y sobre todo por sus elevados precios.
-aperitivo: un vasito de crema de foie caliente, gel de vino tinto y una espuma que no supe identificar; muy bueno
-Entrante: yo elegí la terrina de volaille en costra de hierbas de espectacular presentación, el huevo mollet y luego frito con salmón de mi hijo estaba de lujo y la betterave con helado de mostaza verde de mi mujer parecía un steak tartare pero vegetariano.
- El otro entrante: los tres elegimos la alcachofa frita y en crema untuosa con capuccino de garbanzo a la cúrcuma; muy rico con sus matices picantes etc.
-Plato principal: blanquette de vaca a la ancienne; estaba de llorar de bueno, pura melosidad. Salmon asado mi cuit, espinacas y jugo de pimienta negra: perfecto de cocción. Pato, kumquat y endibia caramelizada: asado, al punto rojo y con un jugo que pedia mas del excelente pan que nos pusieron.
Por supuesto, hablar de Robuchon es decir puré de patatas; hace nombre a su fama, nos ofrecieron un bol de acompañamiento con el principal( bueno yo repetí, fueron muy gentiles al preguntar si queríamos mas)
-Postre: mi mujer e hijo, tomaron queso, pues les encantan los quesos afinados; 3 variedades, cuyo nombre no recuerdo. Yo tome una creme brulee de arábiga con mousse de chocolate manjari: perfección.
Un excelente café acompañado de unas financieras de limón y bombón de caramelo, estos también de nivelazo.
El servicio, no esta a la altura, ni mucho menos, de lo que de un restaurante como este se puede esperar; no sirvieron el vino casi ninguna vez, cosa que no ocurrió con los comensales de al lado nuestro; en la bienvenida tampoco notamos paridad con otros clientes, pese que en ningún momento nos atendieron mal. Al final de la comida, cambiaron de camarero y el chico que nos toco, encantador, arreglo un poquito el tema. No entiendo por que no lo pusieron desde el principio, hablando un perfecto español como hablaba.
Nos fuimos encantados, a pesar de los detalles negativos, con la sensación de que no podíamos haber empezado mejor las vacaciones. Y todo esto por 64 euros de nada.