Restaurante Bardaguer en Folgueroles
Restaurante Bardaguer
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
No
Precio desde:
25,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
38 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.7
Comida COMIDA
7.5
Precio medio entorno ENTORNO
6.3
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Opiniones de Bardaguer
OPINIONES
3

Han cambiado de dueños hace unos pocos meses. Se nota todo nuevo.

La dueña, jefa de sala, sumiller y camarera es una señora mayor que va revoloteando por las mesas. Para mi gusto, habla demasiado. Sillas algo incómodas. Servicio algo lento. Sin manteles, servilletas de papel, menaje correcto. Carta tradicional compuesta principalmente por pescado y marisco. Sin carta de vinos. Dije uno al azar y, casualidades de la vida, lo tenían.

Almuerzo para dos. Empezamos con:

- Tortillas de camarones - Bastante buenas, nada aceitosas.

- Mejillones y navajas a la brasa - Navajas algo chiclosas. Buenos mejillones.

Como platos principales:

- Paella marinera - Muy buena.

- Conejo a la brasa - Pelín seco y algo insípido. El allioli de aguacate, raro, raro...

De postre, un par de tartas correctas: una de limón y otra de chocolate.

Para beber, una botella de agua y una botella de Gramona Imperial con cubitera. Las copas nos parecieron francamente mejorables.

Nos movió la curiosidad más que nada. Está bien si tienes ganas de marisco y te da pereza acercarte a la costa. El precio, razonable.

 

Hacia más de dos años que no había comentado sobre este restaurante a pesar de haberlo frecuentado en diversas ocasiones, esta vez fuimos entre semana, el viernes al medio día y los dias de diario sólo disponen de menú al precio de 16,50 euros y ofrecen la opción con un suplemento de 5 euros de sustituir el plimer plato por un pica pica, esta fué la opción por la que nos decantamos. El pica pica en formato tapa consistió en:

- Salmorejo con helado de salmorejo

- Ensaladilla rusa

- Coca de Folgueroles con jamón ibérico  

- Croquetas de jamón y boletus (dos para cada uno)

- Risotto de boletus al parmesano

Seguimos con filete de dorada con salsa bearnesa y fricandó de ternera con berenjena.

Los postres, brownie con helado de turrón, y yo pedí si podían ponerme solo el helado a lo que accedieron sin ningún problema y me sirvieron tres bolas del mismo.

El menú incluye agua osmotizada a discreción y una copa de vino, pedimos además una flauta de cerveza de barril, nos sirvieron Inedit Damm, muy muy fría.

Dos cafés.

Servicio joven y agradable, elegantes y modernas piezas de vajilla, copas Schott y servilletas de tela, sin duda una muy buena opción y como alternativa a la oferta gastronómica de la cercana población de Vic.

 

Es la que tiene este restaurante ubicado en el centro de esta pequeña población muy cercana a Vic, capital de la comarca. Instalado en una casa señorial muy bien rehabilitada y decorado con gusto mezclando varios estilos, tiene además un patio trasero donde en las noches de buen tiempo poder alargar la velada con una buena copa o combinado, el restaurante lleva abierto algo más de dos años y al frente del mismo Núria Cortinas cooordina a todo el equipo que integra a buenos profesionales tanto en cocina como en sala.
Ofrecen un menú de fin de semana por 23 € con buena variedad de platos, nosotros nos decidimos por la carta y como casi siempre optamos por compartir los primeros, guisantes del Maresme cocidos al vapor en su justo punto de cocción y ligeramente salteados con el aceite que desprende la butifarra negra y el tocino ibérico que les acompañan, el plato se remata con alcachofa crujiente, un plato excelente y que por su sencillez lo único que destaca es la cocción y la excelente calidad del producto, el otro plato compartido fué pulpo a la gallega, con una original presentación y buena ejecución del plato.
Los segundos risotto de boletus y solomillo de ternera con foie y reducción de oporto, este último con el punto de cocción solicitado.
De postre tiramisú de elaboración casera y café irlandés muy bien ejecutado con los tres colores bien diferenciados pero además con el whisky sin quemar, calentando el whisky en demasía es el recurso al que recurren los que no saben hacer bien un irlandés para que no se les mezcle con el café.
Una botella de agua producida a través de ósmosis inversa y que tienen el detalle de no cobrar está colocada en cada mesa y cava Rovellats gran reserva acompañaron la comida, a pesar de estar el restaurante al completo en todo momento estuvieron atentos al relleno de las copas de cava
Un café
Servicio joven, atento y profesional y con ganas de agradar.
Restaurante muy a tener en cuenta por la oferta, el producto y el servicio.

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