Y no, no hablamos de un bar japonés, una típica taberna izakaya. No, esto es un bareto "de viejos" de toda la vida regentado (creo) por un matrimonio chino y la que supongo su hija.
Es un bar de barrio donde sirven cañas, tercios, y chatos de vino (aunque sorprendentemente en unas copas más que decentes) pero que también tienen varias pizarras con sushi (nigiris y makis), mariscos varios, dim sum y brochetas de muchos tipos.
Todo ello a un precio más que aceptable y con una calidad que yo diría bastante alta. Los nigiris de caballa, anguila y pez mantequilla son espectaculares así como los makis de erizo, sushi preparado con poco arroz, no como en los mal llamados restaurantes asiáticos donde los nigiris son todo arroz y poco pescado. Además, unas zamburiñas con fideos y salsa de soja para chuparse los dedos, wan tun y giozas muy ricas.
La atención además es buena y son bastante simpáticos. Incluso te recomiendan y te aconsejan.
En el apartado del vino, poca cosa, que yo vea Rioja, Ribera y Rueda, aunque tienen un Viña Sastre rosado que te sirven a copas que no está nada mal. Y como ya he dicho las copas son más que correctas.
En definitiva, un lugar que no compite con los japoneses de más lujo pero que supera con creces a los japoneses (regentados por chinos) que han surgido como setas.
Zamburiñas
Nigiris de caballa y makis de erizo
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