Restaurante con muy tiempo de vida, abrió sus puertas el pasado 6 de Diciembre, en la calle Alcalá, muy cerca del Palacio de Linares y casi enfrente del Ayuntamiento de la capital. Ocupa un espacio con una ubicación inmejorable, lugar de paso de mucha gente, tanto lugareños como foráneos, con lo cual, si se esmera en dar buen producto, y buen nivel de precios, puede funcionar bastante bien.

El lugar que ocupa tiene, al igual que el Palacio vecino, su historia. Aquí se encontraba la antigua Cervecería de Correos. Cuentan las crónicas que aquí se reunían los jóvenes poetas de la Generación del 27 y aquí también tenia Lorca uno de sus puntos de reunión con los poetas y los antiguos compañeros de la Residencia de Estudiantes. Hoy poco queda en sus paredes, por no decir casi nada, que recuerde aquellos tiempos y aquellas reuniones.

Semisótano, exteriormente anodino, que salvo el cartel con el nombre y el anuncio de menús, creo que a 12€, no destaca en nada. Sin embargo cuando entras la cosa cambia, varios espacios, amplios, luminosos, con mobiliario funcional, no es desagradable. Mesas, un tanto pequeñas, con manteles individuales, servilletas de papel de buena calidad.

Como decía, para competir tiene que jugar la baza de ofrecer buen producto, buena elaboración, buen servicio y precios atractivos.

Después de esta primera visita, la conclusión es simple, no es lugar que aspire a estrellas o a soles, pero tiene una cocina con recetas sencillas, elaboradas correctamente, no tiene mal producto, tiene un servicio de sala atento y eficaz, tiene un nivel de precios a los que uno no esta acostumbrado, y si a eso unes que con el tenedor obtienes hasta un 40% de descuento, pues claro, la conclusión es muy clara, es un sitio que no es descartable para próximas incursiones.

Carta de vinos breve y sencilla, con referencias conocidas y que gustan a casi todo el mundo, a destacar la contención en los precios, máxime teniendo en cuenta el lugar donde se ubica y los niveles de precios de su competencia. En este capitulo nos decantamos por un Enate chardonnay de Somontano (19€)

La carta se estructura en: Para picar (11 propuestas), ensaladas (3), entrantes (6),pescados (4), carnes (4) y postres (6).

Con las recomendaciones de la sala, nos decantamos por..

- Tirabeques salteados con rabanitos y eneldo. Generosa ración, con muy buen producto, al dente, buen sabor.

- Tartar de salmón ahumado y aguacate. Receta sencilla, aceptable, no es la mejor calidad de salmón, pero se puede comer.

- Bacalao con crema fina de ajos y chips de puerros. Según me cuentan, no esta mal el bacalao, notable la crema de ajos, mientras que el puerro no dice gran cosa.

- Solomillo de vaca con patatas fritas y espárragos trigueros. Tamaño pequeño, en consonancia con su precio, pero carne jugosa y bien conseguido el punto solicitado, patatas mejorables.

- Bizcocho caliente de chocolate en taza. Similar al brownie, sabor y textura apreciado por los chocolateros y por los que no lo somos, pues vale, alguna concesión habrá que hacer.

Cafés con hielo, sin petit fours ni chupitos, ponen punto final a esta experiencia, que con la ayuda de el tenedor supone un coste total de 63€, de los cuales 24€ corresponden al agua, vino y cafés.