Quería ir a Martintxo pero están de obras así que entramos a su anexo, La Sidrería.
Estilo típico de este tipo de locales. No muy cómodo, bancos y mesas corridas.
La comida se basa en producto fresco, buena materia prima (sorpresa los pescados su mayoría son del sur, sudeste, eso es lo que me dijeron) La cocina sencilla, básica, poco elaborada pero sacándole jugo a la materia. Excelente chuletón (asado en su punto), buenos espárragos y exquisita cuajada.
Vinos muy de andar por casa, carta corta. Tomamos una buena sidra.
Servicio correcto para lo que es el local.
RCP correcta

Local anexo al estupendo asador Martintxo, con el que comparte cocina y carta cuando éste está lleno (como era el caso), en un entorno menos confortable. Popular y ruidoso, al estilo chiringuito o sidrería. Cocina basada en una extraordinaria materia prima. Los mejores productos de la huerta, los mejores pescados y mariscos nacionales y las mejores carnes. Todo seleccionado con autoridad y excelentemente elaborado con cocciones básicas, manteniendo el sabor y la textura de la soberbia materia prima. Carta de vinos correcta para un lugar de este estilo a precios razonables. Copas chungas y servicio del vino casi inexistente. Un lugar siempre lleno, para comer de muerte, repetir a menudo y olvidarse del trato al vino. Precios muy variables en función al producto seleccionado, pero muy ajustados a la calidad de éste. Sensacional comida.