Pues hoy nos pilla la hora de la comida, sin mucho tiempo disponible, desgraciadamente, por esta zona de la sierra de Madrid, y que mejor que volver a visitar un lugar que lleva abierto desde 1999, con el nombre de Imanol. Con su buen hacer, alcanzaron expansión y fueron abriendo otros Imanoles por diferentes puntos.

Desde 2014, tiene un nombre nuevo, ¿También, nuevo dueño? Todo apunta a que si, pero no lo tengo claro. En cualquier caso, por eso me refiero a visitar y no a revisitar, dado que con este nuevo nombre es la primera visita.

En lineas generales, todo sigue la tónica precedente, ligero cambio de cara, pintura, decoración, zona de pinchos abarrotada de clientela, terraza exterior al completo, comedor con todas sus mesas ocupadas, los reservados llenos, por cierto, uno de ellos ocupado por personal de la RFEF, cosa normal dada su proximidad.

Algunos cambios en el personal de sala, ya no están todas las personas que conocía de etapas anteriores, pero los que están, siguen con las buenas maneras de aquella época.

Teníamos poco tiempo disponible, por ello no presté demasiada atención a las propuestas de carta, tanto de comercio como de bebercio; me pareció, un poco menos amplia pero en el fondo, muy similar, sin embargo su lectura mas sosegada queda pendiente para futuras visitas.

Hoy nos centramos en las dos propuestas de menú de que disponen, el menú sidrería, basado en la tortilla de bacalao y el txuleton, y el menú del día, por el que nos hemos decantado, con solo dos cambios sobre el original, un postre, para que no fueran iguales, - en los restantes platos había consenso -, y en el vino. La oferta era o bien sidra o bien Ribera del Duero, pues hemos cambiado por un Rueda, y para mi sorpresa y deleite, el catado ha sido un rueda joven de bodegas Cune, de nombre Buenos Dias - La Bañista. Fresco, sedoso, persistente en boca, si tienen ocasión, pruébenlo, se bebe fácil.

Empezamos por las famosas chistorras de Imanol, ricas, ricas, aunque estaban mas aceitosas que en el pasado, lo cual provoca la alegría y el disfrute de mi amigo el colesterol, que ha estado un buen rato disfrutando de lo lindo.

- Alubias de Tolosa con sus "sacramentos" (piparras, costillas y repollo). Ración mas que generosa, sabrosa y contundente. No son las mejores que he degustado, pero han sentado muy bien.

- Rape a la ondarresa. Un enorme rape a la parrilla, con su refrito de ajo y guindilla, con sus patatas y con su salsita, a la que un poco mas de limón no le hubiera venido nada mal. Suculento, perfecto de punto, pero confieso que era tal el tamaño del bicho, que a dos comilones les ha costado llegar al final.

- Hojaldre crujiente con crema inglesa. (Postre propio del menú). Postre dulzón, que cualquier goloso rebañaría hasta dejar el plato reluciente, y ello a pesar de su tamaño.

- Tarta Tatin de manzana. (Postre de sustitución para el que escribe). Al igual que el otro postre, ración enorme. Bien resuelto, manzana en su punto, pero la base excesivamente dura, como suele ser harto habitual en este postre.

Cafés con hielo, sin petit fours ni chupito. Ya no sirven, al menos si vas de menú, aquellas frascas de pacharan, que entraba solo y que solía vaciar. Que tiempos aquellos !!

Coste del menú, incluyendo entrante, principal, postre, vino y café, 32€ iva incluido. Excluido aperitivo, agua y pan. Puede parecer caro, y desde luego a precio absoluto no es barato, pero si digo que con lo ingerido he comido, cenado y desayunado al día siguiente, ya no me parece tan caro, eso si, cuando te levantas de la mesa, el tamaño y la tirantez de la zona estomacal, te durara un tiempo, pero lo doy por bien empleado, tanto es así, que como dijo aquel general americano cuando abandono Corea: "Volveré".