Comida casera

Pequeño local en un pasaje muy cercano a la Riera Blanca. Ningún lujo. No tiene cartel en la fachada. Tan solo un banderín con un nombre diferente al actual. Una barra y unas pocas mesas a la entrada y un pequeño comedor interior. Decoración escasa, que en algunos puntos me pareció a medio hacer. Menaje muy sencillo. Servilletas de papel. Ambiente muy familiar. Dispone de varios menús y carta. No mire la carta de vinos. Dispone de varios tequilas y mezcales, así como cervezas mexicanas. Carta mezcla de tex-mex y comida tradicional mexicana.

Almuerzo para cuatro a base de un par de platos para compartir y un principal por comensal:

- Nachos de la casa (12,-€) - Realmente buenos, a pesar de que los totopos sean de bolsa.
- Flautas de pollo (7,-€) - Masa algo chiclosa. Buen sabor.
- Pozole rojo (8,-€) - Muy sabroso, aunque la ternera estaba fibrosa.
- Birria (12,-€) - Fuerte sabor a cordero.
- Alambre (8,-€) - Buen sabor.
- Chorizo (6,-€) - A mi hijos les encantó.

Postres caseros:
- Tres leches (3,-€) - Delicioso bizcocho, con el añadido de un chorrito de Cointreau.
- Tarta de elote (3,50€) - Mi hijo no la había probado nunca y le gustó, aunque personalmente me parece un poco pesada.
- Tarta de zanahoria (3,50€) - Me recordó a las carrot cakes incluso en su presentación.
- Tarta de queso (3,-€) - Mi hija comentó que estaba muy buena.

Raciones abundantes. Producto fresco. Presentación casera.

Para beber, un par de aguas (1,-€), un refresco (1,60€) y una cerveza Negra Modelo (2,50€).

Está a un par de minutos. De lo mejorcito que he probado en restaurantes mexicanos. Seguro que volvemos.