De traslado

Badó ha trasladado ahora hace justo un año sus fogones a Figueres desde la cercana población de Cistellà .
Un local con una decoración moderna, informal y muy agradable ubicado en una de las calles de acceso al centro de Figueres donde Salvador ofrece su gran experiencia de restaurador y de profesor de la escuela de hostelería.
A pesar del poco tiempo transcurrido desde su reubicación, su nombre a corrido como la pólvora puesto que el local estaba al completo teniendo que rechazar demanda de mesas que no tenían reserva.
Como hacemos habitualmente compartimos los primeros, boquerones fritos muy frescos y con buena fritura y buñuelos de bacalao de tamaño mini, generosas raciones en ambos casos.
Seguimos con una de sus especialidades, el arroz. De entre las varias opciones nos decidimos por el arroz seco de alcachofas sepia y boletus, muy gustoso y con un perfecto punto de cocción.
Los postres tarta tatin riquísima y sorbete de limón con marc de cava.
Un botella de Tocat de l'Ala blanco de la DO Empordà acompañó la comida, el servicio consistió en la apertura y primer servicio.
Dos cafés.
Servicio joven atento y diligente.
Sin duda un restaurante a tener en cuenta y para repetir