Banquete pantagruélico

Tras llevar semanas pensándolo, al final me decidí y aproveche una escapada vacacional a Madrid para hacer una reserva en SantCeloni. Así que nada, el 3 de mayo, mesa para uno, corbata planchada y para el hotel Hesperia que nos vamos.

El restaurante en sí se encuentra en los bajos del hotel en plena Castellana. Desde la entrada uno ya visualiza que aquello no va a ser normal. Te reciben en la puerta y escaleras abajo mientras se observa un cuadro del fallecido Santamaría, que como buen ángel de la guarda, sigue vigilando desde lo alto para que todo vaya bien.

Una vez en el comedor, saludo a Abel Valverde, excepcional jefe de sala y tras un breve intercambio de impresiones me decido por el Gran Menú con maridaje de vinos. Me preguntan si deseo probar algo en especial, jarrete de ternera, como no. Los ravioli de gamba para la próxima ocasión.

Y empieza el festival.

Durante la espera me preparan un pequeño surtido de entrantes de los que, Dios me perdone, no tomé nota. Todo ello con una copa de Chardonnay 2009 de Cuvée Santamaría. Me traen también la famosa mantequilla Echiré y la primera sorpresa de la noche, un aceite catalán de variedad arbequina espectacular por la complejidad de aromas que destilaba. También me comentan la variedad de panes del día que ellos mismo elaboran en la cocina: frutos secos, pan payés y un pan de centeno que fui probando a lo largó del menú a cada cual mejor.

El primer tapiplato es una "Ensalada de cangrejo de río con nabo". Nunca había probado el cangrejo de río, mucho menos fuerte en sabor pero mas aromático que el de mar.

El segundo es una "Crema de ñámaras con la picada de mejillón y puerro". La ñamara es un tubérculo de origen brasileño con un sabor mas delicado que la patata. Todo un descubrimiento.

Y aquí empezamos con los platos per-se del menú:

Caballa marinada con guisantes de Llavaneras: un sashimi de caballa con un sabor más o menos potente con el contrapunto perfecto de estos guisantes de sabor dulce de origen biológico.

Plato de bivalvos con ostras, navajas y berberechos con aroma de hinojo. Una palabra: MAR. Muy potente el sabor, no apto para paladares sensibles y eso que el frescor del hinojo le ablandaba en sabor en la boca.

Ravioli de ricota ahumada con caviar Petrossian, anchoa y aceitunas. Un plato memorable por el contrapunto salado y el sabor del queso. De lo mejor del almuerzo.

Consomé de bogavante con fideos de arroz y verduras. Un plato con clara influencia oriental. Excelente la textura de cada ingrediente en su punto justo.

Pagel con salteado de perretxicos. Un pescado blanco traído directamente de la lonja de Blanes (Santamaría sigue mandando en detalles como este) acompañado de esta pequeña seta de primavera. Un mar-montaña excelente con una base de sabor muy equilibrada. De los mejores platos del menú.

Jarrete de ternera blanca con puré de patatas - Versión de Santceloni-. Que voy a decir de este plato que no se haya escrito ya. En Santceloní lo preparan diferente a la receta original de Can Fabes, haciéndolo a baja temperatura durante 12 horas. Una carne con una melosidad prácticamente insuperable. Solo comí una porción, pero merece la pena volver allí por un jarrete entero.

Aquí pequeño parón. Me preguntan si me gusta el queso. Claro que sí. Aparece frente a mi la mítica mesa de quesos de Santceloni y dejo que Abel Valverde me prepare un plato con ¡nueve! quesos diferentes. Ya llevaba ocho o nueve copas de vino, así que ni se me pasó por la cabeza tomar nota. Solo puedo decir que había de todo en el plato: españoles, franceses, británicos. Aromas y sabores fuertes y otros suaves. Increíble tour mundial por el mundo del queso en 10 minutos.

Descanso unos minutos y empiezan los postres. No recuerdo que ninguno desentonara pero el segundo, por la combinación de sabores, me gustó más que los demás:

Sopa de pera y ron con helado de canela.
Crema montada de haba tonka con plátano, café y yogurt.
Crema de café con la mousse de chocolate cocida.

Y luego ya, a punto de explotar, me traen los petit fours. Aquí como en los entrantes, ni me acordé de tomar nota. Había gominolas, tejas, pequeños macarons. Unas 6 variedades distintas. Para golosos.

Una relación de los vinos que acompañaron al menú:
Palliser Estate '10 (NZ)
Manzanilla en Rama Sacristía AB (ES)
Leira '11 (ES)
Cuvée Santamaria '09 (ES)
Viñas de Vero Gewürztraminer '10 (ES)
Dr. Bürklin - Wolf Ruppertsberger Riesling Trocken '09 (AL)
Quinta de Lemos '07 (PT)
Ariyanas David ' 10 (ES)
Sidra l´Àlquitara del Obispo (ES)
PX Alvear '00 (ES)

Cuando acabé eran las 5 de la tarde y había llegado a las 2. Tres horas sin parar de comer y beber. Increíble.

El servicio de sala es de otra galaxia. Obsérvenlos servir otras mesas y como se coordinan en el comedor. Da gusto verlos.

Algunos dirán que es caro, pero nadie podrá decir que es malo ni que sale con hambre. Yo por mi solo puedo decir que ya puedo morir tranquilo.

  1. #1

    Almolo

    Enhorabuena por el homenaje. Por curiosidad, ¿cómo estaba el aforo?

  2. #2

    Mgonzalez

    Flojo para lo que esperaba. Habían 4 mesas y unos 10 comensales en total. Vale que era jueves mediodía, pero me pareció un poco pobre.

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