Un lugar excepcional para cenar sin prisa, lo digo porque tardaron

Un lugar excepcional para cenar sin prisa, lo digo porque tardaron bastante en traerme el primer plato y supuestamente era porque el punto de la langosta se había pasado (para el gusto del jefe de cocina). Si le viese Santamaría tirar las langostas a la basura!! De todos modos la comida increible, bueno la langosta un poco cruda!! La paletilla excepcional y la papada de cerdo expectacular. Menudos Petit fours! o como se escriba! los más buenos de la capital hasta el día de hoy. El sorbete de madroño muy patriotico pero no muy bueno eh?. Si vais no dudeis en pedir el carro de postres! Menuda pinta! La pena fue que en el estómago ya no entraba más, porque los platos no son de degustación, ni minimalistas, sino abundantes y deliciosos!!!

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