Estuvimos a la altura de lo que esperábamos,tanto en el hotel-la relaciones públicas es un encanto- como en el restaurante.Claro que hay alguna sombrita,como un poco de arrogancia en cierto personal del servicio;que está todo lo que tiene que estar en la bodega,pero a precios intocables.Amabilidad a raudales y José Polo al frente,aunque en vaqueros y deportivas,contrastando con el empaque de los camareros.
Optamos por el menú de siempre,pues era la primera vez allí
Como hago casi siempre me limitaré al enunciado de lo que comimos,absteniéndome de poner juicios o valoraciones;que no me corresponde, y lo dejo para otras opiniones más profesionales.
--ZANAHORIA,con empanado de anémona marina e hinojo.
--MILHOJAS de boquerón con vinagreta de avellana.
--GAMBAS marinadas,ensalada de brote y crema agria
--LONCHEJA IBÉRICA con calamar en broche de tinta
--ARROZ MELOSO con setas y papel de manitas.
--ORTIGUILLA caviar HUEVO caviar.
--CARETA de cerdo ibérico,cigala y jugo cremoso de ave.
--MERLUZA,maíz y meloso de cerdo ibérico.
--CABRITO asado al tomillo,patatas al tenedor y deshuesado.
--TORTA DEL CASAR en contraste con membrillo y aceite especiada
--TOCINILLO con helado de yogur, tierra de cacao
--LA CEREZA que no es cereza
--Golosinas
Como vinos 2 copas de Argüeso Amontillado Viejo,Krypta gran reserva 2007;Payva Cayetana blanca 2012 y Carabal 2008.
Nos enseñaron la cocina y como no,la bodega-sacristía incluida-.Toño,más callado que Polo,pero cálido también.
Caceres se merece un hotel así,aunque el Parador,que està al lado también està muy bien; y por supuesto un Restaurante como Atrio.Merece el viaje.