Local ubicado a pie de la ría de Orio junto al puente de la N-634 a su paso por la localidad. Ambiente de bar, sencillito, sin decoración a destacar, pero con muy buen surtido de tapas y pintxos, aparte de algún que otro plato combinado y diversas cazuelas, bacalao, lengua, caracoles y otros. En tema vinos es muy flojito, algun tinto de rioja y ribera, txacolí, Rueda´s y Verdejos...tan socorridos por la zona.

Optamos por 2 cervezas y 2 txacolsí para beber. Ibamos con hambre y pedimos un par de buenas ensaladas de tomate, cebolla y bonito, pintxos varios, de bacalao (correcto, algo hiloso), chatka con gambas (bien), hojaldre de boletus (rico) y piparras fritas (deliciosas, las tomamos por doquier), Lo que nos trajo aquí de veras son sus riquísimos chipirones rellenos en su tinta, que ya tomamos el pasado año, tardan su ratito en sacarlos pero merecen mucho la pena.

Un lugar sin muchas pretensiones pero te saca de un apuro con muy buena nota y precio bien comedidos.

Aunque sólo sea por los chipis, repetiremos!

Precio total, con pan e iva, 35€