Agradable sorpresa

Pequeño bar de entrada, sala con decoración sencilla pero acogedora, con un curioso reservado, que te sorprenderá en cuanto lo veas.

Carta bastante amplia, con una cocina de producto con matices asiáticos y ciertas pinceladas de técnica, pero sin estridencias.
Lo mejor en la primera visita es dejarse aconsejar por Alberto. En nuestro caso fueron una croqueta de foie en caldo de miso, espectacular, un placer para los sentidos. Después llegaron los tomates rellenos caramelizados, un bocado con toques de técnica, y bonita presentación.

Las croquetas de marisco fueron el siguiente, una explosión de sabor y una textura fantástica. Para terminar el bonito, ya que estábamos en temporada, sobre un risoto de marisco. El bonito en el punto que me gusta, fresquísimo y con su punto de sal, quizás el risotto debería aportar un poco más de cremosidad, se queda a camino entre un arroz caldoso y un risotto. Lo mejor la sorpresa del falso tomate.

Para finalizar los falsos filipinos, muy, pero que muy interesantes, esp sí, para comer de un único bocado. Y la piña con crema de arroz con leche y canela, una combinación estupenda.

No tomamos café, y bebimos. cerveza y agua, quedándose la cuenta en menos de 25€ por cabeza.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    oscar4435

    Me han hablado muy bien de esta casa y veo que no me mentian,un saludo.,

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