Imprescindible

Magnífico y extraordinario restaurante, que posiblemente sea el mejor de la isla.
Se encuentra situado en el pequeño pueblo de Es Caló en Formentera, al borde de las rocas que conducen al mar y cerca del macizo de La Mola. Se trata de un edificio moderno muy bien acondicionado, que dispone de una amplia y cómoda terraza desde la cual se vislumbran preciosas puestas de sol y el macizo de La Mola. Por si fuera poco al lado de la terraza tiene un amplio jardín con cómodos sillones para tomar algo antes o después de la comida, y está atendido por un experto barman que hace unos gin tonics realmente fuera de lo común.
El servicio es amable y cordial, muy simpático. Uno se encuentra a gusto y en un ambiente cálido.
La comida francamente extraordinaria. Acudimos varias veces y tuvo la ocasión de probar un tartar de atún y guacamole con brotes tiernos de soja que estaba espectacular, así como una escorpora enorme y curiosamente sin espinas. También un arroz de pescado caldoso realmente impresionante y que difiere del que tomamos en Cataluña por cuanto era mucho más caldoso que los que se toman por aquí. El plato estrella del restaurante quizá sea la langosta que toman con patatas fritas a la inglesa con ajos y huevos fritos. Puede parecer una barbaridad pero es algo sumamente aconsejable. Las langostas que son enormes se sirven en una cazuela paellera, cortadas y mezcladas con las patatas y los ajos. Tras un primer servicio, cuando queda aproximadamente un cuarto de la cantidad servida, se llevan la cazuela y te la devuelven con dos huevos fritos por persona, huevos que fríen con el aceite resultante de la propia langosta y patatas. Es un plato inaudito pero inolvidable.
Los postres correctos, la carta de vinos muy completa con la mayoría de referencias nacionales, algunos vinos de alta gama, vinos y champagne francés. Luego al jardín a disfrutar de un buen gin tonic.

El precio es sin duda caro, pero todo en esta isla es caro y por lo tanto se sitúa en parámetros de normalidad.