Zona del canal, de moda en Milan para comer y sobre todo cenar, llena de restaurantes casi todos de cocina típica italiana con algunas pequeñas excepciones como algún japonés y sobre todo este local de cocina creativa y con estrella Michelín.

El local físico está situado junto al puente de hierro (de donde coge el nombre) y aunque el espacio físico, tipo de mesas de madera y demasiado juntas, mantel individual de aire informal, sillas antiguas de madera, cierto calor en el ambiente.. todo ello recuerda a las trattorias vecinas, ya se ve que los camareros perfectamente uniformados, con aire de escuela de hostelería (y no de escuela de la vida) anuncian que allí hay algo más que pizzas.
Nuestra mesa permitía visión de la cocina donde había mucha gente (y joven) trabajando.
El servicio en sala, simplemente perfecto, sin agobios pero sin perder detalle de necesidades. Buen ritmo de servicio de platos. Local a 2/3, pero por la noche debe ser al 200%.

Dos para comer. Carta de vinos inmensa con muchas referencias de 3 cifras en la columna de precios, vinos locales, internacionales, espumosos, champagnes.... El servicio perfecto, tanto que nos costó poder tocar la botella para hacerle la foto de recuerdo, de hecho la foto se hizo sujetando el sommelier la botella, nunca llegó a tocar nuestra mesa.
Al final, aparte de agua con gas, acertamos con un Blanc de Sers 2011, que elegimos por su precio comedido (claramente por debajo de la media) y porque siendo un blanco con añitos, debía de ser interesante y nos gustó.

Menús de 3 tamaños y precios: 65, 75, y el de libre elección desde cocina que creo recordar eran 125€. Por supuesto, carta de platos. Nos decidimos por la carta ya que llevamos 3 dias de desayuno hotel, comida y cena de restaurante.
Una larga y variada cesta con forma de bandeja trae panes de olivas, de tomate, blanco, de 5 cereales y variados palitos de fibrea densos y poco crujientes.
Elegimos para compartir:
Aperitivos de la casa: presentación minimalista, bien de conjunto, sabrosos y curiosos:
. oliva amarga
. cuadradito de atún con sirope de Martini
. croqueta aplanada de pollo
. caballa marinada
. salmón ahumado con sirope de Campari
. mini hamburguesas de salmón con salsa coctail

Entrantes:
. cipolla rossi di Trepa di zucchero soffiato ripiena di fromaggio di capra e cipolla carameliata: presentación muy sobresaliente,en forma de l´hemisferic de Valencia, caramelizado y crujiente con el queso fundido en su interior. Original y sabroso.
. monococco al nero di seppia gamberi, mozzarella e basilico: carpaccio de gamba, crema de albahaca.. mezcla y contraste de sabores formando un conjunto muy agradable.

Principales: el arroz es para mínimo para dos, así que el mismo:
. risotto milanés d´estate: servido cobre una taza transparente de buen tamaño y teniendo en el fondo un helado de queso parmesano y regiano sobre el que un arroz perfecto de cocción, meloso y sabroso muy caliente, que permite con la cuchara llegar hasta el fondo y coger diferentes sabores, temperaturas y consistencias. Sobresaliente.

Postres:
. la nostra tarta Tatin de manzana: un emplatado sobresaliente con una manzana hecha con una leve capa de caramelo coloreado y pintado para dar la apariencia completa de manzana, de cuyo fondo sale la compota como derramada sobre el plato y acompañada de un buen helado
. tiramisú de fragola, con helado de limón, galleta mascarpone y gotitas de chocolate. Buena presentación y mejor sabor.

Una cocina muy creativa, arriesgada con buen resultado. Servicio de academia en un local al que llaman Osteria con cucina y que tiene un entorno que debe haber hecho tardar o peligrar la estrella más de la cuenta.
¿El precio? Pues si por una comida de lasagna/pizza y poco más no bajas de 40€, pagar 68 por una estrella Michelin de cocina creativa, no es nada descabellado.