El nombre del restaurante ETC se refiere a "Épicure traditionnelle cuisine", que es su lema. Epicuro decía que no hay que "tener miedo a los dioses ni a la muerte para poder disfrutar de los placeres" pero en este caso yo añadiría que tengáis un poco de prevención con los precios de la carta de vinos. Media botellita de champán nos salió a 60 euritos (je,je). El caso es que para ser un restaurante con estrella Michelín, el menú de cinco platos para cenar sí tiene un precio muy competitivo (50 euros). Pertenece al chef Christian Le Squer, pero el cocinero aquí es Bernard Pinaud. Tres aperitivos para arrancar y mantequilla salada para untar en el pan. De los aperitivos rica la esfera de queso líquido y el boudin negro con sabor a morcilla. Después llegó el ravioli de champiñones, muy sabroso y con profundidad de sabor. Lo más sorprendente en cuanto a gusto fue la gelatina de tortuga con algunas especies exóticas. El salmonete muy fresco, acompañado con una salsa dulce (los detalles exceden mi nivel de francés¡¡). La carne estaba espectacular, aunque la preparación no fuera muy vanguardista. La salsa tenía un toque de mostaza de dijón, supongo que para justificar la parte tradittionelle de su cuisine. Antes del postre unas frutas frescas y para rematar el soufflé de cerezas y chocolate con helado. Recién hecho y muy rico. Buena relación calidad-precio. Local pequeño sin grandes excesos en la decoración. Ambiente tranquilo y un camarero muy amable, aunque sólo hablaba francés.