Restaurante Citrus en Barcelona
Restaurante Citrus
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir tipo de cocina

Añadir vino por copa

Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
-
Comida COMIDA
-
Precio medio entorno ENTORNO
-
RCP CALIDAD-PRECIO
-
Opiniones de Citrus
OPINIONES
1

El rey del mundo. Así me sentía yo, allá por 1.999, recién ascendido y trasladado a Barcelona, cuando cenaba con mi mujer en este restaurante, que acababan de inaugurar, en un primer piso de un precioso edificio del imponente Pº de Gracia, pegadito a la cristalera, deleitándome con la vista de la casa Amatller y la casa Batlló. Qué sensación, oye, nunca la olvidaré.

16 años después, nos encontrábamos un viernes de mayo en Sant Cugat a las 20.30 h sin saber dónde cenar. Y 14 personas ni más ni menos. Bueno, saber sí que lo sabíamos, pero… Lo intentamos todo y, nada, como es normal. Barcelona, viernes…. Lo bueno… “está cogido”.

Y derrrrepronto me vino a la cabeza esa sensación de subidón experimentada 16 años atrás y… ¡había mesa!

En 17 minutos nos plantamos en el parking del Pº de Gracia. Hay que ver esos túneles de Vallvidrera como facilitan las cosas, acercan el Vallés prácticamente a Diagonal.

Tras un paseíto desde la Pedrera hasta casa Batlló, entramos en este añorado Citrus.

Había una joven fashion en la puerta con un pinganillo conectada con los de dentro preguntando, dando entrada, instrucciones…. ¡Aibalaostia cómo ha cambiado esto, Teresa!

Nuestro sitio estaba, sí, pero lejos de la hipnótica cristalera sobre Gracia.

El tiempo pasa, amigo. Y 16 años son muchos años. Que se lo digan a mi tupidez capilar. Pese a que las instalaciones eran estupendas, se nota, se nota. Creo que no han cambiado ni un cuadro. Nada. No, no, que el tiempo no te cambieeee. Mi visión me lanzaba estímulos entre la decadencia y el modernismo, tamizados por la nostalgia.

La parroquia tampoco era la misma. Si otrora era mayoritariamente autóctona, ahora lo es foránea.

Pedimos unas cositas para el centro y un segundo individual.

Mini croquetas de jamón ibérico.
Bombones de foie.
Calamares a la andaluza con espuma de mahonesa.
Buñuelos caseros de bacalao.
Taco de bacalao con jugo de pimientos asados, tosta de escalibada y naranja.
”Cítricus” (daditos de frutas cítricas con sopa de lima).

Bueno, pues chico, salvamos los muebles. Cenamos dignamente, mejor de lo que nos merecíamos ante nuestra dejadez y falta de previsión. Nada para el recuerdo ni por bueno ni por malo. Como tantos otros.

La carta de vinos me decepcionó un poco, pero aún encontramos un agradable godellito de Valdeorras, A Coroa 2013 y un discreto rosado de Penedés, Avgvustvs 2014, servidos en copas mejorables y con trato inexistente.

El servicio tampoco era el mismo. Si otrora era mayoritariamente autóctono, ahora lo es foráneo.

Cuando vuelva a BCN, miraré desde el paseo los ventanales de Cirus con añoranza y simpatía, pero no entraré.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar