En el centro de Sant Cugat, muy cerquita del Monasterio.

Se trata de un local muy actual, muy en la onda. Entorno antiguo restaurado con elementos muy modernos, atmósfera limpia, amplio. Nada más entrar te topas con un murete de tiradores de cerveza, tras el cual, y a cuyos lados, están dispuestas las mesas. La oferta se completa con una planta alta con vistas a la citada entrada, que es de doble altura.

La cocina es como el local: catalana de fondo pero con aportes y reformas de actualidad.

Había varios menús, la mayoría de “pica-pica” que dicen por allá. Nosotros nos decantamos por un menú del día, el Menú Festiu, que por 24€ te permitía elegir entre 6 primeros y 6 segundos e incluía IVA y bebidas. El mío quedó así:

• Ensalada de langostinos, setas y tomates secos.
• Butifarra de foie y setas a la brasa con patatas fritas.
• Carpaccio de piña.

Correcta cocina y correcta materia prima, no salimos ni contentos ni enfadados ni todo lo contrario.

En cuanto a las bebidas… aquí la gracia está en las cervezas, pues tiene una variedad tremenda: 18 tiradores y 60 botellines ni más ni menos.

Pero nosotros le pegamos al cava, acabábamos de hollar estas tierras catalanas y había que hacerles los honores. El menú incluía Roger de Flor Brut Nature y lo tomamos con profusión. Correcto también.

¿Y a que no saben con qué calificativo voy a apellidar el servicio? Bingo: correcto.

Pues eso.