En la entrada del local anuncian 4*, en la parte superior de la fachada 3*, en la entrada de la puerta del restaurante luce una pegatina "recomendado Guia Michelín 2009", una vez dentro uno pierde de vista las estrellas y cree que la pegatina de la Guia Michelín 2009 la han comprado en el rastro.
El local es agradable, amplio y para no fumadores, el servicio atento y amable, la carta de vinos muy extensa y con precios razonables... y aquí acaba lo positivo. En una hora y media no pudimos terminar la comida y nos fuimos a la mitad. La croquetas caseras muy buenas, los canelones de setas con bechamel de setas..., bueno, si te entusiasman esas gelatinosas e insípidas setas de bote, no te sentirás defraudado, pues si logras terminarte los canelones (servidos ligeramente tibios) podrás volver a degustar las mismas setas gelatinosas en la salsa del segundo plato. Respecto a estos últimos, servidos también ligeramente tibios. Tras pedir que los calienten y tras unos 10-15 de demora, los dos segundos platos vuelven tan tibios como al principio. Volvemos a pedir que los calienten y tras otros 10 minutos, vuelven por tercera vez de la cocina ¡igual de tibios! Aquí se terminó nuestra paciencia y nuestra comida. Fuimos los primeros en llegar al restaurante a las 13:00 y al irnos a las 14:25 apenas estaba medio lleno, la cocina no estaría precisamente colapsada de trabajo.
Por supuesto en la cuenta pretendieron cobrarnos el pan que no pedimos y que rehusamos nada más servirlo.