El segundo dia del finde decidimos atravesar el Ródano para ira a visitar a pie la bonita ciudad de Villeneuve-lez-Avignon conocida como la "Cité des Cardinaux ", pues allí vivieron éstos en la época medieval mientras el Papado gobernaba en Avignon.

El restaurante Le 7, se encuentra situado fuera de los circuitos turísticos, tienes que ir expresamente.... pues está ubicado en un pequeño club de tenis en un barrio residencial a 15 minutos andando del centro de Villeneuve.

El restaurante tiene una terraza exterior frente a 2 pistas de tenis y una sala totalmente acristalada rodeada de naturaleza que parece estar colgada de un árbol en la pineda de Montolivet y desde la que se divisa el bonito Fort Saint-André (fortaleza medieval).

LLegamos a las 12h, justo a la hora de apertura y nos colocamos en una mesa con vista frontal al Fort. La sala muy luminosa, es agradable, el mobiliario es funcional y contemporáneo, las mesas son amplias y están vestidas con caminos azules y bien decoradas, bien separadas las unas de las otras, los sillones son cómodos, la vajilla y la cubertería son modernas y las copas son buenas. El servicio de sala es muy agradable, cercano y profesional. El servicio del vino es bueno, tienen sumiller, la esposa del chef, que fue quien se ocupó de nosotros, la carta tiene unas 40 referencias y la mayoría de caldos son regionales.

Al frente de los fogones está el propietario y chef Laurent Guillaumond, que hace una cocina estacional y de mercado que ofrece diferentes platos del dia periódicamente, basados en la cocina tradicional pero puestos al dia y algún que otro plato exótico. Los productos son frescos y de proximidad.

Tienen carta y menú, nosotros elegimos únicamente platos del dia.

Para ir esperando, pedimos 2 bocs de cerveza de barril, que nos sentaron muy bien tras nuestro largo paseo peatonal y que nos sirvieron con unas olivas.

Seguidamente para abrir boca nos trajeron un amuse-bouche Petite soupe de petits-pois et saumon fumé (Sopita de guisantes con salmón ahumado). Buenísima, presagiaba lo que iba a seguir...

De entrantes,

Una buena ración de Chipirons (El equivalente en España de Chipirones preparados a la andaluza) que estaban fresquisimos y buenísimos.

Un Tartar de thon sauvage (Tartar de atún fresco y salvaje) (ver foto) que MC degustó con placer.

De segundos,

Poêlée de Gambas sauvages décortiquées et légumes croquants (Salteado de gambas salvajes peladas y legumbres crujientes) (ver foto) Producto fresquisimo, un plato que se comía con una facilidad... me hubiera comido unas cuantas gambas más.

Loup sauvage de ligne entier cuit à basse température accompagné d'un écrasé de pommes de terre(Lubina salvaje entera pescada con caña cocinada a baja temperatura acompañada de patatas chafadas)(ver foto) MC lo encontró excelente, en su perfecto punto de cocción. Yo también lo encontré excelente, porque dado el tamaño de la pieza me vi obligado a ayudarla a terminar el delicioso pescado. Las patatas también estaban ricas.
El pan con el que acompañamos la comida fue bueno.

Yo no tomé postre, pero MC tomó una suculenta Soupe d'agrumes caramélisés (Sopa de cítricos caramelizados), que explotaba agradablemente en boca.

Para beber, aconsejados por la sumiller, tomamos un AOC Côtes du Rhône Château Mont-Redon 2014 Châteauneuf du Pape, Vigneron récoltant Abeille-Fabre, variedades Roussanne y Viognier, un vino joven que encontré fresco, elegante y con una buena acidez y facturado a un precio sin parangón en mi pais 21 € (precio en tienda 9€).

Finalizamos con dos buenos cafés.

La cuenta ascendió a 47 €/persona. Muy buena RCP. Restaurante sin florituras, con una buena cocina de producto sin complicaciones y un buen servicio. Sin duda cuando estemos por la zona volveremos. Recomendable