Local amplio, con bastantes mesas, de madera y sin ningún tipo de vestimenta. Horario ininterrumpido de 12:30 a 23:30, en horas de comida casi siempre lleno, y con cola de espera los viernes y sábados por la noche.

Hamburguesas customizables con una amplia variedad de quesos y complementos. La oferta básica se basa en un precio fijo de 8,60€ por el que eliges un tipo de hamburguesa (ternera, buey, pollo o vegetariana), un tipo de pan entre 5 a elegir, 1 queso (tienen unas 15 posibilidades), una salsa y 4 complementos de una lista bastante variada. Algunos de los complementos tienen 1€ de suplemento. Servicio algo lento.

Yo pedí una hamburguesa de buey con pan blanco, idiazábal, cebolla frita, lechuga, pepinillos, olivas negras y salsa romescu. Buen tamaño y una carne bastante buena, en conjunto muy correcta. M. pidió una de pollo con pan de semillas, bacón, parmesano, lechuga, tomate y cebolla y mayonesa con ajo, muy buena también. Una ración generosa de patatas fritas caseras con un toque de curry (o era paprika?) por 3€ y dos cervezas Moritz (2€). La factura final para dos personas fue de 24€. Una más de las muchas hamburgueserías que proliferan en estos tiempos, pero el resultado es correcto para una cena informal y por poco dinero.