Restaurante Bodega Pujós en L´Hospitalet de Llobregat
Restaurante Bodega Pujós
País:
España
Provincia:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
4,95 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
15 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
7.9
Precio medio entorno ENTORNO
6.6
RCP CALIDAD-PRECIO
8.8
Bomba
Mucha variedad de vinos para una bar-bodega de barrio, además de vermut Manyé de La Secuita, muy difícil de encontrar por aquí.
Rollitos de salmón
Los mejores tigres que he probado fuera de casa.
Opiniones de Bodega Pujós
OPINIONES
5

Más o menos sigue igual. Cambiaron el vermut el año pasado, si no me falla la memoria. Ahora sirven Yzaguirre de barril. También van cambiando algunas de las tapas.

Visita con la familia. Tomamos una gilda, bravas, croqueta de morcilla, albóndigas, queso Brie empanado y algunas tapas más que no recuerdo.

Para beber, un par de vermuts, una caña y un refresco.

Lo visitamos con cierta frecuencia. Sigue pareciéndome la mejor opción para tapear en varios kilómetros a la redonda.

Quedé con un amigo el sábado a mediodía y nos acercamos a este local para que lo conociese.

Pedimos varios platos para compartir: gildas hechas ex profeso al momento; croquetas de chistorra y de pescado deliciosas; contundente bomba; sabrosa mojama con almendras; suaves callos; deliciosos caracoles; alcachofas, que no probé.

Para beber, tres vermuts de la casa (de La Secuita) y un par de copas de un vino joven de Ribera de Duero que no nos emocionó.

Salimos más que contentos.

  • Bomba

    Bomba

Al ser más pudimos probar más platos. Almuerzo para cinco. Además de los rollitos de salmón, las gildas y la caballa en aceite, probamos unas estupendas albóndigas en salsa, una excelente ensaladilla rusa, una fantástica mojama, unas patatas bravas algo duras y con una de las salsas que no me acabó de convencer, unos rollitos de jamón rellenos de paté correctos y una esqueixada original y deliciosa.

Para beber, tres refrescos, un par de botellas de agua, un vermut de la casa, dos cafés con leche y un cortado.

Oficialmente ya es nuestro sitio preferido del barrio para tapear.

Como ya hay un comentario previo, me ceñiré en éste a la comida y la atención recibida.

Cena para dos, preludio del comienzo de las vacaciones. No hay ganas de cocinar y fregar platos, aunque también ayuda que la nevera esté casi vacía.

Esta vez había más hambre:

- Rollito de salmón - Esta vez sin vinagre balsámico. Estupendo.
- Caracoles guisados - Aunque fuesen de granja, la salsa estaba ligadita, ideal para mojar pan, cosa que he hecho hasta que sólo han quedado en la cazuelita un par de guindillas. Ya me había comido una, y no es cuestión de abusar ;-P
- Tigres - Caseros. Deliciosos.
- Pulpitos en salsa - Salsa algo menos trabada y sustanciosa que la de los caracoles. Con todo, muy buenos.
- Caballa en aceite - Cubierta con una tira de pimiento asado casero. Muy sabrosa.

Lástima que mi medicación no me permita más alegría que una botella de agua sin gas.

Servicio más atento que la vez anterior, sin duda debido a que esta noche éramos los únicos cenando.

Por fin un sitio decente para tapear por el barrio. Ya les hemos preguntado para volver dentro de unos días con el resto de la familia.

  • Mucha variedad de vinos para una bar-bodega de barrio, además de vermut Manyé de La Secuita, muy difícil de encontrar por aquí.

    Mucha variedad de vinos para una bar-bodega de barrio, además de vermut Manyé de La Secuita, muy difícil de encontrar por aquí.

  • Rollitos de salmón

    Rollitos de salmón

  • Los mejores tigres que he probado fuera de casa.

    Los mejores tigres que he probado fuera de casa.

Pequeño local en los aledaños del Mercat de Collblanc. Decoración rústica con predominio de la madera y el ladrillo visto. Cuenta con unas pocas mesas altas con taburetes y un par de mesas al fondo del local, además de la barra. Varias estanterías muestran la oferta de vinos, todos ellos disponibles a copas. En la barra pueden verse varias de las tapas que ofrecen. En la pizarra detrás de la barra también hay unas cuantas anotadas. Ante la duda, lo mejor es preguntar al camarero. Mientras estábamos sentados iban saliendo algunas tapas más.

Tomamos unas estupendas gildas, unos ricos rollitos de salmón con ensaladilla y una alcachofa cubierta con una anchoa que gustó mucho a mi esposa.

Para beber, un vermut de La Secuita (Medusa, Mañé,...) algo dulzón para mi gusto (1,90€) y un botellín de agua.

Me ha recordado a los locales de mi infancia, pero sin los toneles de vino a granel. Seguro que volvemos.

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