El domingo por la noche, dia casi imposible para encontrar restaurantes abiertos en las grandes ciudades, fuimos a cenar a Bistreau, el bistrot de Angel León, doblestrellado Michelin en su restaurante Aponiente de Puerto de Santamaria, donde habíamos reservado a las 21 horas.
El restaurante está situado dentro del lujoso hotel de 5 estrellas Mandarin Oriental en el Passeig de Gràcia de Barcelona y ocupa la plaza que antes ocupaba el Restaurante Blanc del difunto Jean-Luc Figueras. La sala es magnifica, grande, moderna con unos techos altísimos y un mobiliario desing, el ambiente es chic y al mismo tiempo informal. La cocina, a la vista, se encuentra en el centro del fondo de la sala, y en su parte frontal hay una mesa larga para 12 comensales. El resto de las mesas están bien separadas las unas de las otras y situadas de manera que no se aperciben los comensales, entre otras cosas debido a la altura de los respaldos de los sillones. Nos situaron en una mesa no muy grande, para dos personas y nos aposentamos en unos cómodos sillones que recordaban a los de la película Emmanuelle. Las mesas están desnudas, con salvamanteles y cubiertos y copas de calidad.
El servicio de sala es bueno, agradable y profesional y el servicio del vino también, con una buena selección de vinos de Jerez.
Al frente de los fogones está el Chef Ismael Alonso, colaborador durante mucho tiempo de los chefs estrellados Manolo de la Osa (Las Rejas) y Sergi Arola (La Broche), dirige la sala Jesús Gómez y dirige el restaurante el hermano de Angel, Carlos León. La especialidad son todos los alimentos procedentes del mar.
Veníamos con muchísimas ganas de empezar la cena con los famosos embutidos marinos, de chorizo, salchichón, butifarra y sobreasada , trampantojo a base de Albur (Mujol), pero empezamos mal la noche, pues los habían retirado de la carta y en su lugar nos ofrecieron para compartir una Butifarra a la brasa No me desagradó el trampantojo, pero tampoco me entusiasmó... nada del otro mundo.
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Tortillitas de camarones 3 piezas, excelentes, finas, crujientes con mini camarones casi crudos sobrevolando el encaje. Las mejores tortillitas que hemos comido nunca. Estaban sin embargo un poco aceitosas, muy poco, pero si pudiese evitarse seria la perfección.
Croquetas rellenas de calamar y su tinta Una maravilla, buenísimas, puro mar, tinta y calamares en una perfecta simbiosis. Tal vez lo mejor de la cena.
Bravas del mar En realidad las bravas son langostinos en tempura con salsa Kimuchi (Salsa picante japonesa a base de guindilla, especias y frutas). Podía haber sido un plato excelente si la tempura hubiese sido un poco mas fina. Tal vez lo mas flojo de la cena
Como platos principales,
MC tomo un Carpaccio de mar carpaccio de buey con un carpaccio de langostino integrado en el centro de cada lonja. Sin sabor particular, nada a destacar.
Yo me decanté por unas Melosidades marinas un guiño cárnico, una especie de callos marinos a base de alubias y calamares con una salsa picante. Muy buenos, picantillos, hubiese repetido...
Acompañamos la parte salada de la cena con un delicioso pan con tomate.
Para beber tomamos una botella de agua con gas San Pellegrino y una botella de vino blanco crianza de Bodegas Raventós i Blanc, un viejo conocido que nos gusta, un vino de viticultura biodinamica, sin estabilizar ni filtrar, 100% Xarel-lo Silencis barrica 2013 DO Penedès que es fresco, elegante, equilibrado, potente y mineral.
De postre tomamos ,
Azahar e higos Esencia de azahar con contraste dulce de higos. MC lo encontró muy bueno
Castaña, Bayles y café Muy buena combinación de sabores. Excelente
Acompañamos los postres con unas copas de un delicioso moscatel andaluz, de cuyo nombre no me acuerdo y finalizamos con 2 buenos cafés.
La nota ascendió a 72,80 €/persona. Buena RCP. Buena cocina marina, con algunos platos excelentes casi perfectos, es un restaurante recomendable y que pienso que ira a mas, pues hace muy poco tiempo que está abierto en Barcelona. Ah se me olvidaba, no estaría mal si bajasen un poco el volumen de la música de fondo... Volveremos