Antes ubicado en la calle Salamanca 7 con el doble nombre de Parrillita Argentina y Cruz Pampa, cambia de local para trasladarse a la calle Conde Altea (modifico datos). El local tipo tubo con unas bonitas mesas de enormes troncos de madera cortados y sobre ellos unos cristales, sillas muy correctas y espacios ajustados porque se rentabliza cada palmo con otra mesa para dar cabida a un local lleno. Una barra da servicio de bebidas a todas las mesas. Unos cuadros de botellas vacias tras el cristal hacen de elementos decorativos a la pared de ladrillo caravista y el poncho argentino. No hay mantel, buenos cubiertos de carne y copas correctas.
La carta de bebidas incluye, sobre todo vinos clásicos españoles, pero tiene un apartado para unos pocos vinos argentinos con escala de precios variada. El servicio de vino se limita al descorche y darlo a catar. El ritmo de platos de cocina es bueno y el servicio de sala, algo desbordado, cumple más que bien.
Para beber unas cervezas Quilmes en la entrada, agua con gas Pedrosa grande y sin gas de Solan de Cabres grande; de vino disfrutamos y mucho de un Rutini 2017 que aguantó bien la parte de carne a la brasa.
La carta de comidas en 9 entrantes y 4 ensaladas más la parte de carne en parrilla de carbón, todo en cortes argentinos, más los complementos en forma de diferentes presentaciones de patatas especiales. Hay opción de 2 menús con los mismos entrantes y diferentes carnes por 16 y 24€.
Nos presentan en mesa algunas opciones de carnes para compartir entre los 6 carnívoros para cenar. Nos enamora una chuleta de 1,480 kg. Decidimos compartir todo con todos y ahí vamos:
. empanadas criollas x 3: con la carne cortada a cuchillo, de tamaño de dos bocados, sabrosas con buena carbe y un punto ligero de rock and roll.
. mollejas: 4 enormes mollejas (acostumbrados a terneras, las de vacas son como lonchas de solomillo). bien hechas jugosa y sabrosas. Muy recomendables.
. chuleta madurada de 1,480 kgrs (en teoría para 3): lo que parecía un reto, al quitar grasa (bastante) y el hueso, se queda en menos reto. La carne perfecta sellada a la brasa por fuera y prácticamente cruda por dentro. Muy buena.
. entrecotte argentino de raza angus: muy buen sabor pero quizás fácil de encontrar en otros lares-
. bife chorizo de raza angus: perfecto de punto. Bueno de sabor.
. entraña: servida partida, perfecta de brasa, suficientemente tierna y con buen sabor. Para amantes de las carnes y no solo deñ solomillo.
. patatas a la brasa: de las clçasicas, de la brasa y rústicas: en general buena calidda y bien preparadas
. pimientos del piquillo a la brasa: muy correctos.
. postre menos compartidos pero casi: 2 x cocos, 2 x piña asada, 1 x panqueque de dulce de leche: solo el panqueque los demás bien presentados y de curiosa elaboración.
Solo uno quiso café. Un buen rato de charla y a bajat la cena antes de que acuda el reflujo. Un sitio de carnes en Valencia para disfrutar sin quemar la cartera.
Parrillita argentina, así es como se autodefine este restaurante en la densamente poblada (de restaurantes) zona de Cánovas. Local con decoración moderan, las mesas algo juntas, bullicioso cuando esta lleno, pero agradable pese a todo. Servicio de sala atento y agradable. Tomamos empanada Luisito, un mini empanada argentina picante: bastante bien. Chorizo criollo: muy rico, servido debajo de una "boina" de patatas paja y con una nubecita de chiles suaves en aciete troceados de acompañamiento. Mollejas de ternera: un producto que me pierde. Muy ricos también. De plato fuerte un bife "alto" de 450 grs. (32€) la carne esta muy buena y nos respectaron el punto pedido (sangrante!). La carta de vinos muy cortita, solo tintos y al menos hay una pequeña selección de vinos argentinos. No hay un servicio del vino como tal. Tomamos un Azpilicueta crianza (14,9€). El precio es con vino.