Comida en época navideña con los amigos de toda la vida, lo cual ya es sinónimo de éxito y más en este caso dado que nos iba a salir gratis por la generosidad de una pareja de amigos que han sido papás recientemente y querían celebrarlo con los amigos, así que no se puede pedir más.

El restaurante es un clásico ourensano, situado en las afueras de la ciudad, a unos 10 Km del centro pero cuenta con una larga historia. Se ubica en un edificio completo en el que disponen, además del restaurante, de un hotel.

Como llegamos con tiempo, nos tomamos unas cañitas a modo de aperitivo bien acompañadas de aceitunas aliñadas y sin perder demasiado tiempo pasamos al comedor.
Se trata de un comedor clásico, con mesas de madera cubiertas con manteles de tela, vajilla clásica y cristalería en la que hay copas de dos tipos, unas bastante mejores que otras (finalmente conseguí hacerme con una de las buenas). Por cierto, estaba a rebosar, ni una mesa libre, buena señal.

La comida consistió en unos primeros a compartir y un segundo a elegir por persona. A pesar de haber mucha gente los tiempos de espera no fueron elevados, cosa de agradecer. A lo que íbamos, lo degustado fue:

- Aperitivo. Mientras esperábamos por los primeros nos trajeron a modo de aperitivo unas pequeñas tostas con queso de Arzúa cubierto con jamón y todo ello calentado en el horno, dejando el queso ligeramente fundido, resultando agradable.

- Jamón ibérico. Varios platos de un buen jamón ibérico cortado a cuchillo (cómo no!). Si el jamón es bueno se trata de un plato exquisito pero no es algo que yo pida habitualmente porque en muchos casos no cumple las expectativas. En este caso bien.

- Cazuela de almejas con langostinos. Presentado en cazuelas de arcilla y todavía hirviendo recien salidas del fuego, resultó un plato efímero porque se terminó rápidamente. Viene acompañado de varias rebanadas de pan tostado para completar el conjunto. Bien.

- Pulpo a la plancha con grelos. Una combinación que resulta curiosa pero que funciona muy bien. Buenos trozos de pulpo previamente cocidos y marcados en la plancha acompañados de grelos y patata cocida con piel y cortada en rodajas. El pulpo es un plato que tengo muy “explorado” pero casi siempre resulta perfecto.

Una vez terminados los primeros llegó el segundo: Chuletón de buey (vaca vieja) en mi caso. Plato a compartir para 2 personas, se presentó cortado en trozos (no fileteado) y en el plato se incluía patata panadera y algunos vegetales. Lo elegimos al punto y en nuestro caso así salió: bien marcado por fuera y rojo por dentro. Algún otro que optó por este plato comentó que el suyo había salido con punto más pero el nuestro perfecto.
En este caso el chuletón mantuvo el calor sin problemas, ya que no se ofrece ningún mecanismo para terminar de hacerlo en la mesa, pero tampoco hizo falta.

Para terminar un variado de postres: cañas fritas, profiteroles, arroz con leche, … Sin que ninguno de ellos fuese muy destacable, todos cumplieron. Quizás mi apetito ya había llegado también a su límite.

En el apartado líquido combinamos la primero parte de la comida con un buen Ribeiro: Coto de Gomariz 2013 y la segunda con un vino joven de la Ribeira Sacra que no suele fallar: Peza do Rei 2013. Cayeron varias botellas de cada uno de ellos. También tomamos varias botellas de agua sin gas de 1.5 litros y algunas cervezas sin.

En resumen, una comida muy agradable, entre un grupo de amigos, lo cual siempre resulta bien y en este caso no iba a ser menos.
Con respecto al precio, como decía al principio fui invitado.