Local próximo a la Puerta de Alcalá y frente a unas de las entradas laterales del Parque del Retiro.
El concepto de negocio descansa en un terreno próximo a lo que sugiere el título del comentario, pero sin asentarse en de una manera clara en ninguno de ellos.
La decoración es muy sencilla, una barra a la derecha según se entra y partir de ahí, mesas altas próximas a la barra y mesas y sillas de plástico por el resto de la superficie. Paredes de colores claros e iluminación algo simple.
Carta no muy larga, de tipo “funcional” con platos/tapas que se replican por todos los restaurantes a lo largo y ancho de la geografía patria, como si fueran hongos y otras propuestas algo más originales. Servicio algo descoordinado, de tipo informal aunque correcto y trato al vino con más voluntad que resultado. Creemos que están iniciando un camino de mejora tanto en éste como en otros aspectos, necesarios para una consolidación de su oferta.

Comida para dos personas, acomodados en un pasillo que sirve de unión entre la zona de la barra y una serie de habitáculos que conformarían la zona del comedor principal.

A modo de platos iniciales la elección fue la siguiente:
Ensalada César con pollo crujiente en panko japonés :
Pues eso, ni más ni menos. Llevaba panko, como podía llevar avena tostada. Ni bien, ni mal, sino todo lo contrario.

Dim Sum de mollejas de cordero flambeadas al ron añejo:
Propuesta bastante original, que no probé, aunque al parecer que el relleno fueran mollejas, no marcó el hecho diferencial todo lo que cabría esperar. Tampoco se podía decir que no estuvieran bien.

Continuamos con:

Pulpo a la brasa con crema de patata y ajada de pimentón:
No hay mucho más que decir.

Steak tartar con yema ahumada al cacao:

Sirva el comentario del panko anterior para el cacao en éste. Buena carne, donde en mesa se hace el efectismo visual del ahumado con una campana que proporciona otros sabores en el resultado final, curiosos cuando menos. Lástima que la temperatura de la misma sea tan fría que reste gran parte de los matices del aliño. Aliño con tendencia al picante subido, próximo a nuestros gustos
Con este plato se sirven unas semiobleas de masa de empanadillas tostadas, que le confieren al bocado un toque de crujiente bastante interesante.

En el apartado vinícola bebimos un Burdeos, Château Dulfihot 2012 servido en unas copas muy justitas.

Cerramos la comida con un Extream que constituye una semiesfera cubierta de chocolate negro líquido que contiene en su interior chocolate en dos texturas.

En la misma línea que todo lo anterior.

Acabamos con dos poleos sin embolsar muy buenos. La cuenta ascendió a 82€.

Remarcar que debido a los sistemas de puntuación aquí existentes, las calificaciones en este caso buscan acercarse más a una sensación global que a la evaluación de los apartados correspondientes y como tal deben de interpretarse, aunque no sean el fiel reflejo de la experiencia a nivel individual.