Local ubicado al lado de la autovía pero con características más de meson que de franquicia de carretera. Tienen secadero de jamones propio y son la decoracoón del techo del local.
Mesas, sillas, copas, platos y servicio tipo mesón pero que salva la necesidad de comer de viaje.
Tiene mostrador para compras souvenirs y mucho mejor el aspecto de los quesos y el aceite que del jamón.

Comida para 8 peregrinos de nochevieja que tras breve almuerzo en Sangonera y con la perspectiva de cena extra, se propuso (y poco se cumplió) comida de tránsito.

Cuatro Alhambras previas, un par de aguas grandes (AquaBona) y dos de tinto Mellior (de Matarromera) fueron la parte líquida. Enseguida una tapa de loncha de jamón sobre tomate y pan, por cortesía de la casa. Un pan básico con buen aceite de Cazorla: Olizumo

Para comer, al centro:
. ensalada mixta x 4. La ensalada muy completa, incluso casi compactada para que cupiese en la fuente.
. jamón y queso x 2. Horrible jamón, casi estaba vivo; todo lo contrario para vender jamones para casa. El queso curado tipo manchego, muy bueno. Buenas raciones.
. chuletas de cordero x 2 p.p.: Buenas chuletas, a la brasa, bien hechas y buen sabor sin sensación de borrego.

Postre pidieron 2: una fruta del tiempo (piña) y una tarta de queso. Nada destacable. Otros 4 pedimos de entrante un caldo con jamón (y pan tostado) que resultó más que correcto.

Unos cafés finales para seguir camino. Mientras tanto el local se llenó completamente de gente de paso. El precio lo merece.