Mis experiencias con la cocina canaria en un par de visitas a Tenerife no habían sido muy prometedoras, pero en mi última estancia en las Islas me reconcilié completamente, sobre todo tras comer en este restaurante situado a unos pocos kms de la ciudad, sencillo de instalaciones pero de ambiente formidable, supongo influido porque el organizador del evento es cliente habitual de la casa desde hace muchos años. No suelo tardar tanto en introducir el comentario pero tenia este pendiente y no quiero dejar de hacerlo.
Probamos un amplio muestrario de platos canarios: caldo, el sabroso gofio, papas arrugás, berenjena rebozada, ensalada de aguacate, pescaíto, vieja,cherne,torrijas con miel de postre...
La verdad es que comí estupendamente, cocina sobre todo basada en la fritura, sin trampa ni cartón, de ingredientes naturales y sabores destacados, en concreto el gofio me gustó muchísimo.
No hago mención del vino dado que era un menú de grupo grande y había un blanco y un tinto, no eché mucha cuenta.
El servicio merece la visita por sí solo: 2 camareros con alguna ayuda esporádica se ocuparon de 90 comensales sin pestañear y sin apenas tiempos de espera, todo un espectáculo verles caracolear entre las mesas cargados de platos; si alguien quiere un curso acelerado de atención en sala que vaya una temporadita por allí.
Me encantó Las Palmas y en especial este restaurante.