La borda del mastín en sí es un local precioso, una borda restaurada con su encanto original. Juan nos ha atendido estupendamente al igual que todo el resto del equipo. El ternaso, los callos, las carnes a la brasa, al igual que los postres caseros son una delicia para el paladar. El vino de la casa ya es bueno, por lo que la oferta de la carta debe ser mínimo igual de buena. Hemos estado muy a gusto. Gracias! Y hasta la próxima visita, seguro que volveré.

Estuvimos hace una semana en este restaurante de Cerler. La comida buenísima: patés aragoneses, chuletón de buey, crema catalana, etc...

Tengo que destacar el perfecto servicio que durante toda la noche tuvieron con nosotros.

De acuerdo con la reducida carta de vinos, pero muy correctos despues de todo.

Mas que recomendable.

De acuerdo en todo con MA, pero en el servicio del vino, que para mi fue correcto con buena temperatura y copas, la carta era cortita y no tenían sumiller ni nada parecido.

Restaurante situado en un antiguo establo de piedra, típica arquitectura altoaragonesa, precioso y acogedor en el viejo Cerler. Carta no muy extensa, pero todo preparado con productos de temporada y típicos del Valle de Benasque, destacando las setas, carnes de vaca a la brasa (elaboradas en el antiguo horno de la fragua) así como el ternasco en el horno. Estaba todo riquísimo, muy bien servido, y el vino, carta igualmente no muy extensa, Somontanos principalmente, pero en su justa temperatura y buen servicio de copas. Precio medio aprox. 30.-€/persona.