Hace bastantes años habíamos estado en este restaurante y habíamos guardado un buen recuerdo.
Como nos alojábamos justo enfrente, en el Parador de Aiguablava, decidimos hacerle una nueva visita.
El restaurante está ubicado en el Hotel Aiguablava, en la magnifica cala de Fornells. La sala del restaurante, situada sobre el mare nostrum, es muy grande y bastante ruidosa. Nos ubicaron en una mesa situada junto a un ventanal con vistas al mar, aunque como era de noche no pudimos apreciarlas. Las mesas están bien vestidas, y bien separadas las unas de las otras. El servicio de sala es regular, los camareros no parecen del oficio, no están a la altura. La única nota de profesionalidad la merece el "Chef de Rang", atento y conocedor de lo que tiene entre manos. Es inadmisible que se escuchen desde las mesas las conversaciones, de todo tipo, que mantienen los camareros entre si a alta voz. El Servicio de copas deja que desear, tuve que pedir que nos las cambiasen para el vino. El servicio del vino es correcto, lo salva el "Chef de Rang".
Cenamos a la carta,
Mientras esperábamos, nos trajeron un snack: Brocheta de mejillones en escabeche al vermouth No estaba mal.
Como entrante compartimos un Salteado de calamares con setas de temporada Buen producto, bien cocinado.
De segundo compartimos, un pescado del dia de 1,200 Kg, Lubina salvaje a la sal Excelente, en su punto perfecto de cocción, sabrosisima.
El pan que acompaño la cena no merece mención. No tomamos postre, finalizamos con 2 buenos cafés. Acompañamos la cena con una botella grande de Font Vella y una botella de vino blanco crianza DO Empordà Oliver Conti 2009 Gewürztraminer 70%, Macabeu 15% y Muscat 15%, fresco, equilibrado y largo en boca, que se maridó perfectamente con nuestra cena.
La nota ascendió a 50 €/persona, Buena RCP. Buena cocina, buen producto, pero nada mas, el resto no acompaña, le falta duende. A mi parecer tendrían que replantearse totalmente la política de sala. No volveremos, hay muchos otros buenos restaurantes por la zona...