Cada vez cierran más sitios en domingo y mirando un poco por internet encontramos este local en pleno centro de Valencia que era justo lo que nos pedía el cuerpo: paseito, cervecita al sol y a comer!
Mientras ojeamos la carta pedimos un par de cervezas y nos obsequian con un aperitivo de la casa que consistía en un poco de caldo de cocido con rosquilla de anís, boniato y kiko. Curioso y calentito que el día era frío y entraba bien.
Un tanto a la aventura, optamos por 3 platos al centro y un principal para cada uno:
~ Tronco de atún plancha con pétalos, hojas y azafrán. El atún en cuestión estaba muy sabroso y con un acertado punto de cocción. Como acompañamiento me pareció que se trataba de una ensalada de brotes fresca pero poco más.
~ Huevo de oro, foie y jamón ibérico. Combinación contundente que además venía aún más cargada con setas, champiñones y parmentier de patata. Y a mí es que estos platos me piiiiirran! Destacar como curiosidad el brillante y dorado huevo pochado.
~ Tosta de pulpo braseado con humus de berenjena, tomates confitados y salpicón de verduras. La tosta me resultó espectacular, con esa combinación de sabores dulzones y ese "crunch" que tanto se agradece pese a la carga que tenía que soportar. El pulpo bastante bien con ese puntazo de la brasa que le aporta tan característico sabor.
Como principal yo tomé Magret de pato al caramelo de bobal y cerezas. El magret de pato es "eso" que siempre que veo en la carta no puedo evitar probar a sabiendas de que a menudo es una apuesta arriesgada. Trinchadito, con toda su grasita bien tostada y crujiente por fuera y con un bonito color rosado por dentro. El caramelo y las uvas le aportaban un toque dulzón para los más golosos. A mí me gustó!
Fer optó por el pescado. Bacalao gratinado con allioli de ajos asados y virutas de Ibérico. Me dijo que resultó correcto tanto el producto como su ejecución pero sin más historias. Me parece que salí ganando en esta ocasión, jejeje!
De postre compartimos una Torrija con polvo de cítricos y su helado. Aquí pinchamos! Postre bien presentado pero que, además de una torrija bastante seca para mi gusto, llevaba un helado tan anodino que no recuerdo ni su nombre.
El cestillo de pan llevaba dos variedades que me gustaron mucho: uno al estilo focaccia y el otro de cereales. Crujientes, ricos y sin escatimar.
Para beber una cañas de inicio muy bien tiradas y después una botella de Enate 234 2014 D.O. Somontano servido en buenas copas y dejando a mano la botella en cubitera para ir administrándolo a nuestro criterio tal y como más nos gusta.
Restaurante moderno e informal donde las mesas de madera no tienen mantel ni parecido, únicamente un bajoplato cromado acompañado de una servilleta blanca de tela. Vajilla blanca actual y menaje correcto y funcional.
Sillas de madera combinadas con sillones de piel marrón al más puro estilo Sherlock Holmes que no resultaban demasiado cómodos para comer.
Local amplio y luminoso distribuido en dos salas con buena capacidad. Muy bien ubicado en la plaza del Patriarca, donde ya he conocido un par de negocios previos de este tipo.
Servicio joven, atento y uniformado.
Aprovechamos el descuento de un 50% del precio de los platos de la carta reservando mediante una conocida web por lo que valoraré la RCP en función al precio pagado.