Mucho tiempo después y cerca de casa con paso frecuente por la puerta nos decide a entrar para una comida rápida. Llama la atención que el precio del menú ¡es el mismo! (10€).

El local no ha cambiado más allá de la ampliación de mesas en la acera (mal llamada "la terraza") pero que al ser un chaflán no molesta mucho; cambios de decoración y más luminosidad. Cambio de teléfono y de personal (¿también de dueños? es probable) y manteniendo la fórmula de mesas en el comedor de la barra sin mantel para menú y en el comedor interior (con mantel de papel tela) de forma suplementaria o para ir a carta. Nos sitúan cómodamente en buenas sillas de estilo castellano, una amplia mesa en el comedor interior, aunque decidimos ir al menú tras oír su composición a elegir entre 3 platos de primeros, segundos y postre cada.

Para beber doble de cerveza Cruz Campo y un vermut Martini Biancco; añadimos a posteriori un agua sin gas pequeña de Cabreiroa.

Para comer:

. ensalada se la casa: buena ración con los ingredientes esperados en una ensalada valenciana: tomate, lechuga, zanahoria, aceitunas, huevo duro... Bien.

. arroz de verduras: daba un poco de miedo por aquello de que te canten el menú en castellano con dificultades pero estaba bueno en buen punto, algo corto de sal para mi gusto (fácil solución) y mucha presencia de tropezones variados: alcachofas, habas, champiñones, zanahoria, bajocas, garrofón.. Recomendable.

. solomillo ibérico: 3 cortes redondos de solomillo de cerdo ibérico pasados por plancha (un par de minutos menos en una loncha hubiera estado mejor) con unas buenas patatas fritas caseras crujientes. Más que bien.

. pescado frito: unos trozos de salmón y emperador levemente rebozados y fritos: una preparación un poco insólita pero que estaba muy correcta; las mismas patatas fritas y un detalle de mahonesa. Bien.

. tarta de queso x 2: prescindible. El tema de los postres deben mejorarlo o es que no acertamos (no había fruta ¿?).

El servicio amable y atento. No tomamos café con la idea de hacerlo en casa con unos buñuelos recién hechos. Increíble el precio que incluye la bebida (salvo un agua extra a 1€).

Un local amplio con una terraza exterior para fumadores (grave calor en verano), unas mesas en la zona de cafetería con buen aire acondicionado, dedicadas para comer de menú, y un comedor interior para ampliar a los del menú si hace falta o para quien va para carta.

Fuera se anuncia un interesante menú a 10€ al que acude bastante gente del barrio (se nota complicidad) incluso hombres jubilados solos que quizás no les merece la pena encender la cocina de casa para comer más que aceptable y barato.

Hay carta de cervezas aunque aquí manda Cruz Campo. Botellín de Cruz Campo para comer.
Aparte de menú, hay opción en cafetería de tapas y bocatas con bastante variedad. Para carta tiene todos los días con tardanza de 15 minutos, cochinillo y cordero al horno y arroz con fondo de pescado (senyoret o a banda) para 2 personas.

Estaba sólo y corto de tiempo, así que al menú:
De primero eliges entre spaguettis peperoni, ensalada primavera, berenjena rellena y una cazuelita individual de arroz al horno que ya había visto pasar y con buena pinta que se confirmó; llevaba de todo: un poco de morcilla, patata, tomate, costillas, ajo y un arroz en buen punto aunque el caldo original era mejorable.

De segundo chipirones (calamar patagónico) plancha, pollo a la cerveza o pescadilla a la andaluza, la cual era de aceptable tamaño, abierta al centro y desespinada, rebozada y frita. Bien hecha y jugosa con unas patatas fritas gordas bastante crujientes.

Para postre había flan de café, zumo de naranja, melón, natillas y el elegido fue puding, más bien básico. Curiosamente no en todas las mesas se ofrecían los mismos postres, supongo que en función de compensar las demandas.

Un mal café descafeinado (torrefactado no, lo siguiente), estropeó las buenas sensaciones anteriores, incluido un servicio en sala bastante rápido y amable.