Después de pillar el ferry Cerdeña-Córcega, conducir por las exasperantes carreteras del litoral corso, parar en Sartène aburridos de no avanzar más de 40 km/hora abandonando por ello nuestra idea de llegar hasta Ajaccio, subir y subir escaleras por el casco medieval de la citada localidad, tomar un mix de aperitivo y reflexión sobre las diferencias sardo-corso en A Cantina y visitar lo imprescindible, llegó la pregunta del millón:
¿Dónde comemos?.
Para otros muchos, para la mayoría, esta es una cuestión irrelevante o al menos secundaria. Pero para una minoría entre la que nos encontramos muchos de los lectores de este aburrido post y éste que les habla, es algo vital. No hay turismo sin gastronomía. La elección de un buen restaurante se convierte casi en el hito principal de la jornada. Así que, ante la falta de referencias veremeras, saqué las antenas, pues mi miope visión en modo on, y me entregué en cuerpo y alma a la búsqueda de algo genuino.
- “No, este no”.
- “¿Pero qué tiene de malo, papi?”... “¡Eso digo yo, Aurelio!”
- “No sé, no me llama.”
- “¿Y este te llama, papi?”… “¿Te llama, Aurelio?”
- “No, dejadme, resuelvo, resuelvo enseguida”.
Sí, te quieren mucho y tal pero… su paciencia tiene un límite. Y su amor conyugal y paterno también. Y uno que no es tonto (o no cree serlo) pues optó finalmente por desistir de encontrar algo esplendoroso apostando por no perder a su mujer y a sus hijas, dio la vuelta y entró con su, ahora sí desahogada familia, en uno que anteriormente le había llamado la atención de alguna manera no definitiva pero superior al resto.
Hay que jo.derse con estos franceses, cómo en una estrecha callejuela en pendiente en la que en España no pondríamos ni una banqueta montan los tíos una terracita supermonadelamuerte (en dos alturas para combatir la pendiente), con una especie de entarimado de madera fabricado a medida en el que disponen 4 ó 5 mesitas pegadas-pegadas, unas macetitas con florecitas, dos velitas, un mantel rústicocongusto, un toldo y oye… ¡Que se está de miedo!
Se trataba de un pequeño y coqueto restaurant marcada y orgullosamente corso.
Anunciaban dos menús: uno local llamado Assiette Sartenaise y otro más ligerito denominado Assiette Fraicheur, que comprendían unas cuantas cositas apetitosas y bien puestas. Éramos cuatro, pedimos dos de cada y la cosa estuvo muy entretenida. Degustamos un montón de pequeños bocaditos, tales como panzetta grillée, terrine de sanglier a la figue maison, girolles au vinagre, madeleine a la gourgette maison, tome corse, confiture de tomate, haché de daurade sauce citron, tomate facón banella maison, salade verde, duo pastieque melón…
Cerramos con dos postres corsos, uno de harina de castaña y cerveza con miel y chantillí (delicioso) y otro más normalito de crocanti de avellanas, que no obstante me agradó mucho dada mi pasión por este fruto seco.
Bien, estuvo bien. Sin alharacas ni alturas, básico, pero representativo, con gusto y agradable puesta en escena.
Tomamos un blanco de la zona, el que mejor aspecto tenía de la carta, Domaine Saparale 2013. Muy interesante, en mejorables copas.
Servicio amable. De hecho la persona más amable que encontramos en nuestra estancia en Córcega, o quizás la única, fue la camarera de este establecimiento.
Si van ustedes a Sartène y no tienen tiempo de pensar, aquí salvan el match-ball, pero si lo tienen, busquen que seguro que encuentran algo mejor.
Jaja, me alegro de que te gusten.
Lo hago un poco como cuaderno de bitácora, y para recordarlo en un futuro. Ahí queda, si dentro de unos años me da, puedo releerlos y recordar (aunque no soy muy de releer ni mirar atrás, con solo decirte que no he vuelto a ver los videos de la boda no de l nacimiento de mis hijas ni nada...9
Pero oye, ahí están, y es que además me lo paso teta escribiéndolos.
Por otro lado, tenemos una servidumbre bestial con lo de la restaurantitis, pero también disfrutamos como perracos
Abrazos
Yo siempre he estado al lado de las minorías. Y hay que tener muy presente que somos eso y cada vez más, una minoría de..... no sé muy bien como definirnos. La mayoría de la gente tiene la infinita suerte de comer bien en cualquier sitio. Me ha gustado como has conseguido hacer un excelente comentario casi sin hablar de comida. :-) Artista.
Jaja, gracias Gasti!
Yo estoy al lado de las minorías... cuando pienso como ellas, que es a menudo, pero cuando pienso de las mayorías, pues soy de las mayorías.
O sea, que soy partidario de mí mismo y mis ideas, independientemente de si son minoría o mayoría o...
;-)
Un abrazo de
Aurelio Gómez-Miranda
Presidente del Partido Radical Aurelista.
Estoy contigo Sergio, jajaja.
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