Situado en la segunda planta del Disneyland Hotel, al lado del Inventions. Sólo abre por la noche. Es el restaurante más caro de todo el complejo Disneyland Paris.

Local mucho más pequeño que el resto de restaurantes. Ambiente estiloso. Mesas de tamaño correcto y bien vestidas. Buen menaje. Cristalería por debajo de lo esperado. Servicio bien vestido pero sumamente lento. Nadie habla español, aunque la carta sí está en español. Dispone de una pequeña carta, dos menús sin bebida de 79,-€ y 120,-€, un menú infantil y un menú para los clientes con media pensión premium, valorado en 49,-€, que incluye también la bebida. Carta de vinos franceses y californianos mayormente y a precios disparados. Algunos vinos a copas.

Como en nuestra primera visita no nos atrevimos a llevar a nuestro hijo de, por entonces, 4 años, esta vez nos animamos a reservar. Aunque se requiere una vestimenta adecuada, nadie me dijo nada por ir con bermudas, polo, sandalias y barba de tres días.

Nos colocaron en una mesa cercana a la cocina, desde donde pudimos ver las tareas de montaje y desenmoldado de los cocineros. La cena se elige en un ipad, pero el camarero toma nota a boli como en cualquier restaurante de medio pelo. Eso sí, te dan casi media hora para que decidas, ya que nadie te explica cómo funciona el ipad ni que menú puedes elegir ni nada de nada (y menos si lo quieres en español). Cuando por fin un camarero tuvo a bien acercarse a ver si respirábamos todavía, nos explicó (en inglés) que podíamos elegir cualquier menú pagando la diferencia entre su precio y los 49,-€ del menú premium. Nos decidimos por el menú premium. Otro cuarto de hora esperando el primer plato, sin aperitivos para alegrar la espera.

Mi menú consistió en:
- Terrina de foie - Decepcionante. Sería de esperar que llevase básicamente foie. Pues no. Un buen trozo de alcachofa encurtida en el centro, algo de carne a los lados y una minúscula tira de foie que parecía más adorno que otra cosa, y semillas de sésamo cubriendo media tarrina. También un hoja de lechuga doblada formando un rectángulo y un poco de algo parecido a pisto encima de la lechuga. Me pareció una tomadura de pelo. Mi hija, auténtica forofa del foie, masculló algo sobre la familia del cocinero...
- No recuerdo el nombre del segundo. Consistió en pasta gruesa con carne estofada, todo bañado en una salsa de crema de leche con sabor a carne. Buen sabor, aunque me resultó pesado.
- Postre de Olaf para acabar la cena. Me remito a la foto que he subido. Presentación muy chapucera. Textura rara. Sabor correcto.

Me animé a tomar una copa de champagne Lanson brut Disneyland Paris (13,-€) pensando que la cena me gustaría más. Tampoco es que me fascinase este vino. Suerte que el agua entraba en el menú.

Resumiendo, mucho pijerío para una comida que no me mereció la pena en absoluto. De hecho, mi familia decidió que fue la peor comida que tomamos durante nuestra estancia. Al menos no tuve que afeitarme para la cena ;-P