El "Sitio" lleno de encanto, pero...

Este restaurante esta ubicado en el Hotel Hacienda de Abajo ***** Hotel Emblemático de Canarias, situado en pleno centro histórico de Tazacorte, rodeado de exuberantes jardines y prácticamente en medio de una plantación de plátanos con excelentes vistas al Océano Atlántico.
Se trata de una antigua hacienda azucarera del siglo XVII, repleta de objetos de arte de gran valor datando del S. XVII al S.XIX. Tuvimos la ocasión de poder visitar una parte del edificio acompañados por un Maître del hotel y es una verdadera maravilla cargada de historia.

Fuimos a comer un martes al mediodía y fuimos los únicos comensales. El comedor situado en el primer piso, es una pieza de museo, el mobiliario en su mayor parte es del S.XVII. Las mesas están bien separadas las unas de las otras y muy bien vestidas (manteleria, vajilla, cubiertos y copas de calidad). Tengo que decir que fue la primera vez que nos sentamos en unas sillas del S.XVII.
El Servicio estaba al mínimo, la señorita que se encargaba del bar en la planta baja, fue quien se ocupo del servicio de sala y del vino. Servicio agradable pero muy lento.

La carta era bastante amplia y sin platos del dia, lo que me interpeló y me hizo presagiar lo que iba a seguir a continuación.

Como snack nos trajeron un Hummus y papita arrugada Bueno

Como entrantes, yo tomé una Sopa fría de queso palmero, con brocheta de ancas de rana, papas arrugadas, tomate cherry y anchoa Presentación excelente y sofisticada. Bueno.
MC tomó una Ensalada de mango con cigalas con caramelo a la pimienta de Jamaica Producto congelado, que se veía nada mas observarlo y que se corroboraba al comerlo.

Como platos principales, yo tomé unos Dados de atún con salsa de soja, sobre una hoja de papaya, con plátanos fritos, remolacha y berenjena, mojo verde y rojo Buena presentación, pero nada más Los dados no estaban mal pero la remolacha y la berenjena estaban demasiado hechos.
MC tomo unas Popietas de salmonete rellenas de calamares en salsa, acompañados de endivias, verduras y legumbres diversas Los salmonetes y los calamares eran productos congelados, preparados de manera no muy apetecible, la endivia cruda... etc.

El pan fue pasable sin más. No tomamos postres, hubiera sido muy arriesgado... Acompañamos la comida con una botella de vino blanco DO La Palma Vega Norte Listan blanco 2013 que maridó muy bien con la comida.

Finalizamos con dos buenos cafés.

La cuenta ascendió a 44,12 €/persona. Mala RCP. Pienso que un hotel de esta categoria debería hacer un esfuerzo para tener un restaurante con una cocina de altura, con al menos productos del dia y frescos. A priori, no volveremos y no lo recomendamos, por el contrario si puede ser interesante ir a tomar una copa para poder visitar el edificio.